martes, 16 de enero de 2024

ESTAMOS EN CONEXIÓN


 

COMENZAR DE CERO, SÉ EL DUEÑO DE TU PROPIO DESTINO

Por: Jorge García D.

 

"Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras.

Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos.

Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos.

Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino."

Mahatma Gandhi

 

"El hombre es el verdadero creador de su destino.

Cuando no está convencido de ello, no es nada en la vida".

Gustavo Le Bon

 

 

Que tal, como están, ya abrazaron sus emociones, ya reconocieron y reafirmaron el amor a sí mismos; un saludo todos nuestros fieles seguidores de Radio en Redes, Bienvenidos a una nueva aventura de EN CONEXIÓN en su emisión número 100, yo soy Jorge García Dom, y estoy muy complacido de acompañarte una vez más, en este espacio donde hablamos de inteligencia emocional, gestión de las emociones, autoestima, amor propio, respeto, compromiso, auto reafirmación, autocontrol, en beneficio de nuestra salud mental, estabilidad y equilibrio amándose a uno mismo y a los demás, logrando una sana convivencia en pareja, con los demás y nosotros mismos, brindando apoyo, guía, sugerencias y herramientas para ser mejores cada día; un espacio de autoayuda, coaching, psicología, tanatología, superación y desarrollo personal, comunicación, autocontrol, gestión de las emociones, inteligencia emocional y muchos más en una charla amena, entre colegas, amigos, brothers y cuates, así en que iniciamos EN CONEXIÓN... Bienvenidos.

La vida misma desde nuestro nacimiento viene marcada por la caducidad, sin embargo, a pesar de ello siempre tenemos en nuestras manos la decisión de cómo vamos a vivir nuestra vida, es decir cómo vamos ocupar de manera sabia cada segundo vivido en beneficio nuestro y tener siempre ese tiempo a nuestro favor. La vida está compuesta de varias etapas, y cada etapa debemos entender que tiene un principio y un fin, y que a pesar de tener en nuestras manos la cantidad de tiempo que le invertiremos o dedicaremos a cada una de ellas, todas tienen un fin, todas ellas cumplen un ciclo.  Y de eso es una de las cosas que vamos hablar hoy de cerrar ciclos, hacer propósitos, ponernos metas y objetivos y darle ese sentido a nuestra vida en beneficio propio en la sana experiencia de vida y aprendizaje que deseamos tener a partir de hoy.

 

La frase del escritor argentino Julio Cortázar es alentadora para estos casos cuando dijo: “Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo” en nuestro constante proceso de evolución, cerrar un ciclo podría significar que otro está por abrirse.

 

Cerrar ciclos no es necesariamente abandonar o retirarse. Se trata de entender, que podemos cambiar de dirección para ir a mejores lugares a alcanzar nuevas y mejores metas. Si usted está en una zona de confort y considera que allí debe estar toda su vida porque se siente bien; hágalo. Pero si dentro de esa suntuosidad se siente inconforme, suelte las amarras y leve sus anclas, puede ser que un puerto mejor lo esté esperando.

 

Estudios demuestran que aproximadamente el 80% de las personas, trabajan en algo que no les gusta, principalmente por dos razones: condicionamiento social y necesidad. Es increíble como hay personas que les cuesta tanto jubilarse. Se aferran a su puesto de trabajo y se privan de vivir la longevidad sin estas obligaciones, solo a cambio de no abandonar la costumbre. Generalmente los individuos se acostumbran a situaciones y a formas de vida que lejos de alentar cambios positivos les hacen cautivos de modelos caducos y consecuencias la mayoría de las veces nefastas.

 

Comprender cuando se cierra un ciclo es una elección absolutamente individual, valorada y analizada por usted. Cuando la elección es tuya, debemos dar el tiempo necesario, ni mucho ni poco, sino el correcto y se recomienda “moverse despacio en las decisiones irreversibles”. Si la decisión lo sorprende desde lo inevitable, asúmala, tal vez una brillante oportunidad que está tocando a su puerta.

 

CERRAR CICLOS, ES COMENZAR DE CERO O INICIAR DE NUEVO….

 

Empezar de cero es posible, y más cuando se trata de cerrar ciclos. No sólo se trata de resetear nuestro cerebro o nuestro corazón, sino comenzar poco a poco para mejorar de dentro hacía afuera. Reiniciar o iniciar de cero o el simple hecho de darse otra oportunidad, lleva un proceso el cual nos permite conocernos en todo momento. A continuación, te comparto algunos consejos o sugerencias que te ayudarán a cerrar ciclos:

 

Primeramente ...

·         Perdónate

Quizás suene complicado, pero muchas veces nos castigamos y auto juzgamos, incluso podemos llegar a arrepentirnos. Un paso esencial para cerrar un ciclo, es enfocarnos de manera personal, y con ello entender los errores que hemos cometido. Recuerda, reconocer y perdonar es un paso muy importante en nuestra vida.

·         Deja ir aquello que te hace mal

Muchas veces nos aferramos a personas o situaciones que no nos dejan avanzar. Sin embargo, el no dejar ir simplemente nos lastima, tú tienes el poder y la decisión de saber qué es lo que realmente quieres. A veces se gana más cuando se pierde.

·         Recuerda todo

Otra manera de cerrar un ciclo, es recordando todo aquello que hemos vivido. Es posible que algunos recuerdos sean negativos, pero para ello, es necesario aprender de lo sucedido, no pretender olvidarlo, y lo más importante aceptarlo.

·         Despréndete

Finalmente, la última parte de este ciclo ha llegado, para lograr despegarte necesitas vivirlo, es decir vivir un duelo. Suena complicado, pero este proceso requiere de tiempo y fuerza de voluntad. Verás que con darte la oportunidad lograrás conocerte aún más.

Hay maneras distintas de cerrar ciclos, para ello, tú tienes la decisión para seguir adelante.

 

VOLVER A EMPEZAR, EMPEZAR DE CERO O DARSE OTRA OPORTUNIDAD

Volver a empezar es un proceso que causa entusiasmo e ilusión, y que también compromete, todo lo cual interviene para que abraces la idea de que, a partir de ahora, todo será mejor, pero  ¿cómo cerrar ciclos y avanzar?

 

Emprender un camino en ocasiones no surge de manera intempestiva, sino que hay un factor previo que lo impulsa del cual necesitas soltarte para liberar todo lo anterior y darle paso a otras experiencias.

 

La voluntad es una pieza fundamental para procesar un cambio, como también lo es cerrar círculos, cosa que te permite hacer un análisis acerca de esos momentos de vida, para poder darle vuelta a la página y escribir una nueva historia.

 

Da el primer paso

Toda separación causa dolor o nostalgia y evita que avances, ya sea porque resulta doloroso o por el contrario, es tan positivo que no lo quieres dejar ir y te dedicas a vivir del recuerdo.

Resulta paradójico, pero para poder emprender hay que terminar. Cerrar un ciclo requiere sí de la decisión, y además de una especie de ritual que te permitirá estar en condiciones de iniciar con nuevos proyectos, la psicóloga Mariana Rivera recomienda:

1. No te aferres. A nada ni nadie y ten consciencia de que la vida es un constante cambio, por lo que siempre encontrarás nuevas formas de vivir.

2. Admite. Lo que fue o no, tu responsabilidad y qué papel juegas para que las cosas sean de tal o cual forma; esta es la mejor manera de aprender.

3. Acepta. Que todo lo que te ocurre es parte de la experiencia, ya sea positiva o negativa, te ayuda a crecer y por ello debes ser agradecida.

4. Aprende. A decir adiós, es fundamental y lo puedes hacer con un ritual, ya sea una carta de despedida o simbolizar de alguna manera el cierre de ese ciclo, sin que olvides la importancia de agradecer la experiencia.

5. Emprende. Por último, llega el momento de hacer nuevos proyectos.

 

La frase puede parecer superficial y se piensa que cerrar un círculo consiste en romper deliberadamente con todo lo que lleve una relación con ese evento o persona con la que has decidido concluir. Sin embargo, parte del éxito de este proceso radica en aprender a separarte sin dolor, es decir, debes obtener el mayor provecho de esa experiencia y reconocer que dentro de todo lo negativo que pudiera haber sido algo, aportó a tu vida.

 

Esa valoración es la que te hace desprenderte sin rencores y poder proyectar la siguiente fase desde una plataforma positiva que no busca borrar el pasado sino capitalizar a favor del presente”, explica la especialista.

 

¿Por qué nos cuesta cerrar ciclos?

Cuando creamos vínculos que se tornan insanos, con apegos que no nos dejan avanzar, nos quedamos conectados con el pasado, lo que nos impide vivir el presente a plenitud. Nos dejamos gobernar por emociones negativas como el miedo, la rabia, el resentimiento y la tristeza, sin dejar que estas tengan su evolución natural y cumplan su función para dar paso a otro ciclo.

 

Quedarnos anclados en el pasado es permanecer en la postura de víctima, en apariencia más fácil que asumir y afrontar los cambios, pero, a la larga, resulta más doloroso y de un costo emocional alto. Vivir lamentándote por el pasado te hace perder tu presente.

 

En que consiste cerrar ciclos emocionales

Cerrar ciclos emocionales es asumir la postura de protagonista de nuestra vida. La pregunta recurrente que no nos permite avanzar es: “¿Por qué a mí?”. Cerrar el ciclo emocional es soltar, dejar ir, sin malgastar el presente lamentando y buscando razones a lo que nos pasó. No podemos continuar vinculados a quien ya no desea seguir con nosotros o sentir que pertenecemos a un lugar de donde nos hemos ido o nos han echado. Para avanzar hay que abandonar todo vestigio de añoranza por un pasado que ya no nos pertenece.

 

SIN EMBARGO; Muchas personas creen que la vida es una cuestión de azar, que las experiencias y oportunidades que se presentan espontáneamente, además de ser gratas sorpresas, son lo mejor manera de vivir y de crecer personalmente. Este tipo de personas confían más en los eventos externos y por esa razón ESPERAN a que las cosas sucedan. Muchas veces culpamos de nuestras circunstancias a la mala suerte o a las personas que nos dañaron. Sin embargo, solo nosotros somos responsables de nuestra vida.


La mayoría de las personas creemos en las coincidencias y que el universo nos tiene preparado un gran futuro, sencillamente porque sí, sin esfuerzo y porque nos lo merecemos. Según este tipo de personas, sólo tienes que “darle tiempo al tiempo" y resistir las inclemencias de tus problemas en la vida. Al fin y al cabo, “después de la tormenta llega la calma”, así que lo mejor que puedes hacer es soportar las dificultades, los problemas “ser un guerrero, un héroe o un mártir”, porque tarde o temprano, "vendrán tiempos mejores" para ti.


Y pensamos que el destino que está escrito especialmente para mí o para ti, tarde que temprano te encontrará y ya no tendrás las complicaciones que tienes ahora, después de todo “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”, o “mal que por bien, no venga”, como dijeran nuestras abuelitas agua que no has de beber, déjala correr”, así que algún día, quieras o no, tus inconvenientes terminarán, y llegara tu vida la total y plena felicidad, tu príncipe azul, o tu princesa de cuento de hadas y mientras tanto a besar sapos y ranas, pues al fin y al cabo me merezco algo mejor, o simplemente me sentare en este lugar a observar que la vida pase, porque para qué me preocupo desde ahora.


Sencillamente, las cosas extraordinarias de la vida aparecen de forma inesperada, tú simplemente tienes que estar –de una u otra manera- preparado para hacer uso de los buenos momentos que el destino te está ofreciendo o te ofrecerá, mañana mismo o en un par de años.

 

Pero para ello deberás trabajar en ti y en todo lo necesario para que estos sueños se realicen y no simplemente esperar a que el destino te haga ese pequeño favor,

 

CREER QUE EL DESTINO ES EL ÚNICO RESPONSABLE DE LO QUE NOS PASA ES ALGO FANTASIOSO E IDEALISTA.


Obviamente, las situaciones afortunadas (y desafortunadas) impredecibles pasan todo el tiempo, pero creo que estos casos son más bien una excepción a la regla. Yo simplemente no creo que las casualidades, la suerte o el fatídico destino deban orientar mi vida y mis propósitos (inclusive algunos piensan que el destino les mostrará cuáles propósitos deben tener en sus vidas y cuáles no, lo cual no deja de sorprenderme). 


Yo creo en que cada uno de nosotros debe forjar una disciplina física y psicológica para mejorar y crecer como persona. Creo que la mejor forma de asegurar tu “destino” en la vida es creándolo, que la mejor manera de predecir tu futuro es haciendo todo lo posible para que pasen las cosas que deseas.


En mi opinión, estamos en este mundo para crearnos oportunidades, no para esperar a que vengan a nosotros por arte de magia.

 

Yo sólo veo en la suerte, las coincidencias y el destino es un cúmulo de excusas para no hacer planes, para no fijar metas en tu vida, para no comenzar a trabajar en aquello que deseas hacer.

 

El mito del destino es la perfecta excusa para la inactividad, para que te quedes justo donde estás ahora esperando que la predestinación haga de las suyas con tu vida.


Si aún crees en el destino, piensa en lo que esta fantasía le está haciendo a tu vida. Reflexiona en cómo esta idea infeliz alimenta tu pasividad y tu pereza, diciéndote que no puedes tener una mejor vida de la que “algo” o “alguien” ya establecieron, sin importar lo mucho o lo poco que hagas ni las ambiciones y sueños que tengas en tu vida.

 

No seas una persona conformista e idealista, se alguien más pragmático. ¡No esperes a que el destino llame a tu puerta cuando ni siquiera has construido la puerta!


Las cosas que quieres no llegarán a tu vida “como por arte de magia” ni “caídas del cielo”. Tú eres el arquitecto de tu propio destino. En tus manos está tu realización personal y tus objetivos más preciados. Las oportunidades no aparecerán en tu camino de un momento a otro, tienes que construir intensamente cientos de caminos para que ellas se crucen con el tuyo

 

Ø  TU ERES DUEÑO DE TU PROPIO DESTINO

Cuando escuchas que eres el dueño de tu propio destino, posiblemente te suene a una repetida frase de superación personal. Frecuentemente nos animan a perseguir nuestros sueños, aspiraciones y a sentirnos poderosos, pero nadie nos explica cómo hacerlo. Por ello, terminan convirtiéndose en expresiones vacías que no tomamos muy en cuenta. Pero la realidad es mucho más profunda y compleja de lo que imaginas. Hacerte dueño de tu destino no es únicamente cumplir tus metas y deseos. Por el contrario, implica mirar tus partes más oscuras, aceptar tus fallos y tomar responsabilidad.

 

Ø  SAL DEL PAPEL DE VÍCTIMA

Desde pequeños nos enseñan a adaptarnos al papel de víctimas. No en el sentido de dramatizar y regodearse en el sufrimiento, sino en la percepción de que yo no dirijo mi vida, las cosas me pasan a mí. Crecemos dando gracias a la suerte cuando algo nos sale bien y sintiéndonos indefensos y desdichados cuando ocurre, al contrario. Aunque no seamos totalmente capaces de percibirlo de forma consciente, sentimos que nuestra vida va a la deriva de los acontecimientos. Si tenemos un buen trabajo nos sentimos afortunados, y cuando nuestras relaciones personales no son sanas permanecemos en ellas por inercia, porque es lo que hay.

 

Exactamente lo mismo ocurre con nuestro desarrollo personal. Si sentimos que somos demasiado tímidos, inseguros o incapaces de mostrarnos vulnerables, no hacemos nada. “Yo soy así”, pensamos, y continuamos adelante convencidos de que esas son las cartas que nos han tocado y con ellas hemos de jugar.

 

Lo que nadie nos cuenta es que podemos repartir de nuevo. No nos explican que podemos cambiar de hábitos, de relaciones, de lugares. Que es, realmente, nuestro pleno derecho hacerlo. Nadie nos empodera y nos afirma que tenemos control real sobre nuestras circunstancias, que si no nos gusta donde estamos, podemos movernos. Que si no nos gusta cómo somos, podemos cambiar.

 

Ø  HAZTE ADULTO

Sin embargo, para tomar las riendas de nuestro destino es necesario hacernos cargo de nuestro pasado, presente y futuro. Todos nos hemos escudado alguna vez en las difíciles circunstancias que nos ha tocado vivir. Unos padres que no lo hicieron del todo bien, unos compañeros crueles, una pareja despiadada.

 

Sí, es cierto, nuestro pasado influye enormemente en quienes somos hoy en día. Pero debemos recordar que ya no vivimos ahí, que ya no somos ese niño que tanto sufrió. Hoy somos adultos, y los únicos responsables de sanar esas heridas para que dejen de condicionarnos. Cuando verdaderamente te haces adulto, dejas de necesitar culpables, porque entiendes que todo está en tus manos.

 

Para hacerte adulto has de mirar de frente la oscuridad de tu pasado, sentir el dolor que no quisiste afrontar en su momento y sanar. Extraer la lección que cada experiencia te ha dejado y utilizarla para salir fortalecido. Para comprender mejor quién eres, qué quieres y qué no estás dispuesto a tolerar.

 

Sanar no es una tarea fácil, muchas veces requiere de ayuda profesional, sin embargo, es el mejor regalo que puedes hacerte a ti mismo. Cuando te liberas de las cargas pasadas, te sientes libre para comenzar de nuevo. Se abre ante ti un mundo de posibilidades, donde ya no te riges por lo que hicieron de ti, sino por lo que tú deseas ser.

 

Ø  SÉ EL DUEÑO DE TU PROPIO DESTINO

Ahora que sabes el secreto, comienza a trabajar. Dedica un tiempo a la introspección para saber qué aspectos necesitas sanar y cuales deseas modificar. Recuerda que no tienes por qué conformarte, mereces calidad en cada ámbito de tu vida. Aunque eso suponga abandonar personas, empleos o tradiciones que no te permiten despegar el vuelo.

 

El cambio da vértigo, pero es lo único que te saca de dónde estás y te conduce a donde quieres ir. No temas probar cosas nuevas, no temas cambiar de opinión. Quizá en un principio te resulte forzado, pero al final, guiarte por tus propios valores será tu única forma de caminar por el mundo.

 

Ya no habrá lugar para quienes tratan de definirte, de limitarte o de tirarte por tierra, pues tú has descubierto tu poder. Si deseas algo, traza un plan para lograrlo. Fórmate, cambia tus pensamientos y tus conductas. Tú eres el único artífice de tu realidad.

 

Reflexiona, no estás solo, hazte escuchar, comparte tus pensamientos, comunícate de manera efectiva, afectiva y activa con los demás. Cuídate. Y si es necesario, busca un profesional de la salud mental quien te brinde un espacio seguro, libre de juicio en donde te ayudaran a identificar lo que te pasa, brindando herramientas que te ayuden a manejar el estrés y la ansiedad, amarte a ti mismo y, de ser necesario, canalizarte con un especialista para una valoración completa y tus pensamientos no interfiera con tu día a día. Y mi consejo de siempre: come de manera saludable, duerme lo suficiente, realiza ejercicio, haz lo que te gusta, ocúpate, SE FELIZ...  Y recuerda... Tu crecimiento personal es vital, y para lograrlo... Da el primer paso... ¡ATREVETE A SER UNA MEJOR VERSIÓN DE TI!

 

¡La navidad es más verdaderamente Navidad cuando celebramos dando luz y amor a quienes más lo necesitan!

 

#EstamosEnConexión #RadioEnRedes

Todos los Lunes de 17:00 a 19 horas, a través de: www.radioenredes.com


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ESTAMOS EN CONEXIÓN


 

COMENZAR DE CERO, SÉ EL DUEÑO DE TU PROPIO DESTINO

Por: Jorge García D.

 

"Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras.

Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos.

Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos.

Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino."

Mahatma Gandhi

 

"El hombre es el verdadero creador de su destino.

Cuando no está convencido de ello, no es nada en la vida".

Gustavo Le Bon

 

 

Que tal, como están, ya abrazaron sus emociones, ya reconocieron y reafirmaron el amor a sí mismos; un saludo todos nuestros fieles seguidores de Radio en Redes, Bienvenidos a una nueva aventura de EN CONEXIÓN en su emisión número 100, yo soy Jorge García Dom, y estoy muy complacido de acompañarte una vez más, en este espacio donde hablamos de inteligencia emocional, gestión de las emociones, autoestima, amor propio, respeto, compromiso, auto reafirmación, autocontrol, en beneficio de nuestra salud mental, estabilidad y equilibrio amándose a uno mismo y a los demás, logrando una sana convivencia en pareja, con los demás y nosotros mismos, brindando apoyo, guía, sugerencias y herramientas para ser mejores cada día; un espacio de autoayuda, coaching, psicología, tanatología, superación y desarrollo personal, comunicación, autocontrol, gestión de las emociones, inteligencia emocional y muchos más en una charla amena, entre colegas, amigos, brothers y cuates, así en que iniciamos EN CONEXIÓN... Bienvenidos.

La vida misma desde nuestro nacimiento viene marcada por la caducidad, sin embargo, a pesar de ello siempre tenemos en nuestras manos la decisión de cómo vamos a vivir nuestra vida, es decir cómo vamos ocupar de manera sabia cada segundo vivido en beneficio nuestro y tener siempre ese tiempo a nuestro favor. La vida está compuesta de varias etapas, y cada etapa debemos entender que tiene un principio y un fin, y que a pesar de tener en nuestras manos la cantidad de tiempo que le invertiremos o dedicaremos a cada una de ellas, todas tienen un fin, todas ellas cumplen un ciclo.  Y de eso es una de las cosas que vamos hablar hoy de cerrar ciclos, hacer propósitos, ponernos metas y objetivos y darle ese sentido a nuestra vida en beneficio propio en la sana experiencia de vida y aprendizaje que deseamos tener a partir de hoy.

 

La frase del escritor argentino Julio Cortázar es alentadora para estos casos cuando dijo: “Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo” en nuestro constante proceso de evolución, cerrar un ciclo podría significar que otro está por abrirse.

 

Cerrar ciclos no es necesariamente abandonar o retirarse. Se trata de entender, que podemos cambiar de dirección para ir a mejores lugares a alcanzar nuevas y mejores metas. Si usted está en una zona de confort y considera que allí debe estar toda su vida porque se siente bien; hágalo. Pero si dentro de esa suntuosidad se siente inconforme, suelte las amarras y leve sus anclas, puede ser que un puerto mejor lo esté esperando.

 

Estudios demuestran que aproximadamente el 80% de las personas, trabajan en algo que no les gusta, principalmente por dos razones: condicionamiento social y necesidad. Es increíble como hay personas que les cuesta tanto jubilarse. Se aferran a su puesto de trabajo y se privan de vivir la longevidad sin estas obligaciones, solo a cambio de no abandonar la costumbre. Generalmente los individuos se acostumbran a situaciones y a formas de vida que lejos de alentar cambios positivos les hacen cautivos de modelos caducos y consecuencias la mayoría de las veces nefastas.

 

Comprender cuando se cierra un ciclo es una elección absolutamente individual, valorada y analizada por usted. Cuando la elección es tuya, debemos dar el tiempo necesario, ni mucho ni poco, sino el correcto y se recomienda “moverse despacio en las decisiones irreversibles”. Si la decisión lo sorprende desde lo inevitable, asúmala, tal vez una brillante oportunidad que está tocando a su puerta.

 

CERRAR CICLOS, ES COMENZAR DE CERO O INICIAR DE NUEVO….

 

Empezar de cero es posible, y más cuando se trata de cerrar ciclos. No sólo se trata de resetear nuestro cerebro o nuestro corazón, sino comenzar poco a poco para mejorar de dentro hacía afuera. Reiniciar o iniciar de cero o el simple hecho de darse otra oportunidad, lleva un proceso el cual nos permite conocernos en todo momento. A continuación, te comparto algunos consejos o sugerencias que te ayudarán a cerrar ciclos:

 

Primeramente ...

·         Perdónate

Quizás suene complicado, pero muchas veces nos castigamos y auto juzgamos, incluso podemos llegar a arrepentirnos. Un paso esencial para cerrar un ciclo, es enfocarnos de manera personal, y con ello entender los errores que hemos cometido. Recuerda, reconocer y perdonar es un paso muy importante en nuestra vida.

·         Deja ir aquello que te hace mal

Muchas veces nos aferramos a personas o situaciones que no nos dejan avanzar. Sin embargo, el no dejar ir simplemente nos lastima, tú tienes el poder y la decisión de saber qué es lo que realmente quieres. A veces se gana más cuando se pierde.

·         Recuerda todo

Otra manera de cerrar un ciclo, es recordando todo aquello que hemos vivido. Es posible que algunos recuerdos sean negativos, pero para ello, es necesario aprender de lo sucedido, no pretender olvidarlo, y lo más importante aceptarlo.

·         Despréndete

Finalmente, la última parte de este ciclo ha llegado, para lograr despegarte necesitas vivirlo, es decir vivir un duelo. Suena complicado, pero este proceso requiere de tiempo y fuerza de voluntad. Verás que con darte la oportunidad lograrás conocerte aún más.

Hay maneras distintas de cerrar ciclos, para ello, tú tienes la decisión para seguir adelante.

 

VOLVER A EMPEZAR, EMPEZAR DE CERO O DARSE OTRA OPORTUNIDAD

Volver a empezar es un proceso que causa entusiasmo e ilusión, y que también compromete, todo lo cual interviene para que abraces la idea de que, a partir de ahora, todo será mejor, pero  ¿cómo cerrar ciclos y avanzar?

 

Emprender un camino en ocasiones no surge de manera intempestiva, sino que hay un factor previo que lo impulsa del cual necesitas soltarte para liberar todo lo anterior y darle paso a otras experiencias.

 

La voluntad es una pieza fundamental para procesar un cambio, como también lo es cerrar círculos, cosa que te permite hacer un análisis acerca de esos momentos de vida, para poder darle vuelta a la página y escribir una nueva historia.

 

Da el primer paso

Toda separación causa dolor o nostalgia y evita que avances, ya sea porque resulta doloroso o por el contrario, es tan positivo que no lo quieres dejar ir y te dedicas a vivir del recuerdo.

Resulta paradójico, pero para poder emprender hay que terminar. Cerrar un ciclo requiere sí de la decisión, y además de una especie de ritual que te permitirá estar en condiciones de iniciar con nuevos proyectos, la psicóloga Mariana Rivera recomienda:

1. No te aferres. A nada ni nadie y ten consciencia de que la vida es un constante cambio, por lo que siempre encontrarás nuevas formas de vivir.

2. Admite. Lo que fue o no, tu responsabilidad y qué papel juegas para que las cosas sean de tal o cual forma; esta es la mejor manera de aprender.

3. Acepta. Que todo lo que te ocurre es parte de la experiencia, ya sea positiva o negativa, te ayuda a crecer y por ello debes ser agradecida.

4. Aprende. A decir adiós, es fundamental y lo puedes hacer con un ritual, ya sea una carta de despedida o simbolizar de alguna manera el cierre de ese ciclo, sin que olvides la importancia de agradecer la experiencia.

5. Emprende. Por último, llega el momento de hacer nuevos proyectos.

 

La frase puede parecer superficial y se piensa que cerrar un círculo consiste en romper deliberadamente con todo lo que lleve una relación con ese evento o persona con la que has decidido concluir. Sin embargo, parte del éxito de este proceso radica en aprender a separarte sin dolor, es decir, debes obtener el mayor provecho de esa experiencia y reconocer que dentro de todo lo negativo que pudiera haber sido algo, aportó a tu vida.

 

Esa valoración es la que te hace desprenderte sin rencores y poder proyectar la siguiente fase desde una plataforma positiva que no busca borrar el pasado sino capitalizar a favor del presente”, explica la especialista.

 

¿Por qué nos cuesta cerrar ciclos?

Cuando creamos vínculos que se tornan insanos, con apegos que no nos dejan avanzar, nos quedamos conectados con el pasado, lo que nos impide vivir el presente a plenitud. Nos dejamos gobernar por emociones negativas como el miedo, la rabia, el resentimiento y la tristeza, sin dejar que estas tengan su evolución natural y cumplan su función para dar paso a otro ciclo.

 

Quedarnos anclados en el pasado es permanecer en la postura de víctima, en apariencia más fácil que asumir y afrontar los cambios, pero, a la larga, resulta más doloroso y de un costo emocional alto. Vivir lamentándote por el pasado te hace perder tu presente.

 

En que consiste cerrar ciclos emocionales

Cerrar ciclos emocionales es asumir la postura de protagonista de nuestra vida. La pregunta recurrente que no nos permite avanzar es: “¿Por qué a mí?”. Cerrar el ciclo emocional es soltar, dejar ir, sin malgastar el presente lamentando y buscando razones a lo que nos pasó. No podemos continuar vinculados a quien ya no desea seguir con nosotros o sentir que pertenecemos a un lugar de donde nos hemos ido o nos han echado. Para avanzar hay que abandonar todo vestigio de añoranza por un pasado que ya no nos pertenece.

 

SIN EMBARGO; Muchas personas creen que la vida es una cuestión de azar, que las experiencias y oportunidades que se presentan espontáneamente, además de ser gratas sorpresas, son lo mejor manera de vivir y de crecer personalmente. Este tipo de personas confían más en los eventos externos y por esa razón ESPERAN a que las cosas sucedan. Muchas veces culpamos de nuestras circunstancias a la mala suerte o a las personas que nos dañaron. Sin embargo, solo nosotros somos responsables de nuestra vida.


La mayoría de las personas creemos en las coincidencias y que el universo nos tiene preparado un gran futuro, sencillamente porque sí, sin esfuerzo y porque nos lo merecemos. Según este tipo de personas, sólo tienes que “darle tiempo al tiempo" y resistir las inclemencias de tus problemas en la vida. Al fin y al cabo, “después de la tormenta llega la calma”, así que lo mejor que puedes hacer es soportar las dificultades, los problemas “ser un guerrero, un héroe o un mártir”, porque tarde o temprano, "vendrán tiempos mejores" para ti.


Y pensamos que el destino que está escrito especialmente para mí o para ti, tarde que temprano te encontrará y ya no tendrás las complicaciones que tienes ahora, después de todo “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”, o “mal que por bien, no venga”, como dijeran nuestras abuelitas agua que no has de beber, déjala correr”, así que algún día, quieras o no, tus inconvenientes terminarán, y llegara tu vida la total y plena felicidad, tu príncipe azul, o tu princesa de cuento de hadas y mientras tanto a besar sapos y ranas, pues al fin y al cabo me merezco algo mejor, o simplemente me sentare en este lugar a observar que la vida pase, porque para qué me preocupo desde ahora.


Sencillamente, las cosas extraordinarias de la vida aparecen de forma inesperada, tú simplemente tienes que estar –de una u otra manera- preparado para hacer uso de los buenos momentos que el destino te está ofreciendo o te ofrecerá, mañana mismo o en un par de años.

 

Pero para ello deberás trabajar en ti y en todo lo necesario para que estos sueños se realicen y no simplemente esperar a que el destino te haga ese pequeño favor,

 

CREER QUE EL DESTINO ES EL ÚNICO RESPONSABLE DE LO QUE NOS PASA ES ALGO FANTASIOSO E IDEALISTA.


Obviamente, las situaciones afortunadas (y desafortunadas) impredecibles pasan todo el tiempo, pero creo que estos casos son más bien una excepción a la regla. Yo simplemente no creo que las casualidades, la suerte o el fatídico destino deban orientar mi vida y mis propósitos (inclusive algunos piensan que el destino les mostrará cuáles propósitos deben tener en sus vidas y cuáles no, lo cual no deja de sorprenderme). 


Yo creo en que cada uno de nosotros debe forjar una disciplina física y psicológica para mejorar y crecer como persona. Creo que la mejor forma de asegurar tu “destino” en la vida es creándolo, que la mejor manera de predecir tu futuro es haciendo todo lo posible para que pasen las cosas que deseas.


En mi opinión, estamos en este mundo para crearnos oportunidades, no para esperar a que vengan a nosotros por arte de magia.

 

Yo sólo veo en la suerte, las coincidencias y el destino es un cúmulo de excusas para no hacer planes, para no fijar metas en tu vida, para no comenzar a trabajar en aquello que deseas hacer.

 

El mito del destino es la perfecta excusa para la inactividad, para que te quedes justo donde estás ahora esperando que la predestinación haga de las suyas con tu vida.


Si aún crees en el destino, piensa en lo que esta fantasía le está haciendo a tu vida. Reflexiona en cómo esta idea infeliz alimenta tu pasividad y tu pereza, diciéndote que no puedes tener una mejor vida de la que “algo” o “alguien” ya establecieron, sin importar lo mucho o lo poco que hagas ni las ambiciones y sueños que tengas en tu vida.

 

No seas una persona conformista e idealista, se alguien más pragmático. ¡No esperes a que el destino llame a tu puerta cuando ni siquiera has construido la puerta!


Las cosas que quieres no llegarán a tu vida “como por arte de magia” ni “caídas del cielo”. Tú eres el arquitecto de tu propio destino. En tus manos está tu realización personal y tus objetivos más preciados. Las oportunidades no aparecerán en tu camino de un momento a otro, tienes que construir intensamente cientos de caminos para que ellas se crucen con el tuyo

 

Ø  TU ERES DUEÑO DE TU PROPIO DESTINO

Cuando escuchas que eres el dueño de tu propio destino, posiblemente te suene a una repetida frase de superación personal. Frecuentemente nos animan a perseguir nuestros sueños, aspiraciones y a sentirnos poderosos, pero nadie nos explica cómo hacerlo. Por ello, terminan convirtiéndose en expresiones vacías que no tomamos muy en cuenta. Pero la realidad es mucho más profunda y compleja de lo que imaginas. Hacerte dueño de tu destino no es únicamente cumplir tus metas y deseos. Por el contrario, implica mirar tus partes más oscuras, aceptar tus fallos y tomar responsabilidad.

 

Ø  SAL DEL PAPEL DE VÍCTIMA

Desde pequeños nos enseñan a adaptarnos al papel de víctimas. No en el sentido de dramatizar y regodearse en el sufrimiento, sino en la percepción de que yo no dirijo mi vida, las cosas me pasan a mí. Crecemos dando gracias a la suerte cuando algo nos sale bien y sintiéndonos indefensos y desdichados cuando ocurre, al contrario. Aunque no seamos totalmente capaces de percibirlo de forma consciente, sentimos que nuestra vida va a la deriva de los acontecimientos. Si tenemos un buen trabajo nos sentimos afortunados, y cuando nuestras relaciones personales no son sanas permanecemos en ellas por inercia, porque es lo que hay.

 

Exactamente lo mismo ocurre con nuestro desarrollo personal. Si sentimos que somos demasiado tímidos, inseguros o incapaces de mostrarnos vulnerables, no hacemos nada. “Yo soy así”, pensamos, y continuamos adelante convencidos de que esas son las cartas que nos han tocado y con ellas hemos de jugar.

 

Lo que nadie nos cuenta es que podemos repartir de nuevo. No nos explican que podemos cambiar de hábitos, de relaciones, de lugares. Que es, realmente, nuestro pleno derecho hacerlo. Nadie nos empodera y nos afirma que tenemos control real sobre nuestras circunstancias, que si no nos gusta donde estamos, podemos movernos. Que si no nos gusta cómo somos, podemos cambiar.

 

Ø  HAZTE ADULTO

Sin embargo, para tomar las riendas de nuestro destino es necesario hacernos cargo de nuestro pasado, presente y futuro. Todos nos hemos escudado alguna vez en las difíciles circunstancias que nos ha tocado vivir. Unos padres que no lo hicieron del todo bien, unos compañeros crueles, una pareja despiadada.

 

Sí, es cierto, nuestro pasado influye enormemente en quienes somos hoy en día. Pero debemos recordar que ya no vivimos ahí, que ya no somos ese niño que tanto sufrió. Hoy somos adultos, y los únicos responsables de sanar esas heridas para que dejen de condicionarnos. Cuando verdaderamente te haces adulto, dejas de necesitar culpables, porque entiendes que todo está en tus manos.

 

Para hacerte adulto has de mirar de frente la oscuridad de tu pasado, sentir el dolor que no quisiste afrontar en su momento y sanar. Extraer la lección que cada experiencia te ha dejado y utilizarla para salir fortalecido. Para comprender mejor quién eres, qué quieres y qué no estás dispuesto a tolerar.

 

Sanar no es una tarea fácil, muchas veces requiere de ayuda profesional, sin embargo, es el mejor regalo que puedes hacerte a ti mismo. Cuando te liberas de las cargas pasadas, te sientes libre para comenzar de nuevo. Se abre ante ti un mundo de posibilidades, donde ya no te riges por lo que hicieron de ti, sino por lo que tú deseas ser.

 

Ø  SÉ EL DUEÑO DE TU PROPIO DESTINO

Ahora que sabes el secreto, comienza a trabajar. Dedica un tiempo a la introspección para saber qué aspectos necesitas sanar y cuales deseas modificar. Recuerda que no tienes por qué conformarte, mereces calidad en cada ámbito de tu vida. Aunque eso suponga abandonar personas, empleos o tradiciones que no te permiten despegar el vuelo.

 

El cambio da vértigo, pero es lo único que te saca de dónde estás y te conduce a donde quieres ir. No temas probar cosas nuevas, no temas cambiar de opinión. Quizá en un principio te resulte forzado, pero al final, guiarte por tus propios valores será tu única forma de caminar por el mundo.

 

Ya no habrá lugar para quienes tratan de definirte, de limitarte o de tirarte por tierra, pues tú has descubierto tu poder. Si deseas algo, traza un plan para lograrlo. Fórmate, cambia tus pensamientos y tus conductas. Tú eres el único artífice de tu realidad.

 

Reflexiona, no estás solo, hazte escuchar, comparte tus pensamientos, comunícate de manera efectiva, afectiva y activa con los demás. Cuídate. Y si es necesario, busca un profesional de la salud mental quien te brinde un espacio seguro, libre de juicio en donde te ayudaran a identificar lo que te pasa, brindando herramientas que te ayuden a manejar el estrés y la ansiedad, amarte a ti mismo y, de ser necesario, canalizarte con un especialista para una valoración completa y tus pensamientos no interfiera con tu día a día. Y mi consejo de siempre: come de manera saludable, duerme lo suficiente, realiza ejercicio, haz lo que te gusta, ocúpate, SE FELIZ...  Y recuerda... Tu crecimiento personal es vital, y para lograrlo... Da el primer paso... ¡ATREVETE A SER UNA MEJOR VERSIÓN DE TI!

 

¡La navidad es más verdaderamente Navidad cuando celebramos dando luz y amor a quienes más lo necesitan!

 

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