COMENZAR DE CERO, SÉ EL DUEÑO DE TU
PROPIO DESTINO
Por: Jorge García D.
"Cuida tus pensamientos, porque se convertirán
en tus palabras.
Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus
actos.
Cuida tus actos, porque convertirán en tus hábitos.
Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu
destino."
Mahatma Gandhi
"El hombre es el verdadero creador de su
destino.
Cuando no está convencido de ello, no es nada en la
vida".
Gustavo Le Bon
Que tal, como están, ya abrazaron sus emociones, ya
reconocieron y reafirmaron el amor a sí mismos; un saludo todos nuestros fieles
seguidores de Radio en Redes, Bienvenidos a una nueva aventura de EN CONEXIÓN
en su emisión número 100, yo soy Jorge García Dom, y estoy muy complacido de
acompañarte una vez más, en este espacio donde hablamos de inteligencia
emocional, gestión de las emociones, autoestima, amor propio, respeto,
compromiso, auto reafirmación, autocontrol, en beneficio de nuestra salud
mental, estabilidad y equilibrio amándose a uno mismo y a los demás, logrando
una sana convivencia en pareja, con los demás y nosotros mismos, brindando
apoyo, guía, sugerencias y herramientas para ser mejores cada día; un espacio
de autoayuda, coaching, psicología, tanatología, superación y desarrollo
personal, comunicación, autocontrol, gestión de las emociones, inteligencia
emocional y muchos más en una charla amena, entre colegas, amigos, brothers y
cuates, así en que iniciamos EN CONEXIÓN... Bienvenidos.
La vida
misma desde nuestro nacimiento viene marcada por la caducidad, sin embargo, a
pesar de ello siempre tenemos en nuestras manos la decisión de cómo vamos a
vivir nuestra vida, es decir cómo vamos ocupar de manera sabia cada segundo
vivido en beneficio nuestro y tener siempre ese tiempo a nuestro favor. La vida
está compuesta de varias etapas, y cada etapa debemos entender que tiene un
principio y un fin, y que a pesar de tener en nuestras manos la cantidad de
tiempo que le invertiremos o dedicaremos a cada una de ellas, todas tienen un fin,
todas ellas cumplen un ciclo. Y de eso
es una de las cosas que vamos hablar hoy de cerrar ciclos, hacer propósitos,
ponernos metas y objetivos y darle ese sentido a nuestra vida en beneficio
propio en la sana experiencia de vida y aprendizaje que deseamos tener a partir
de hoy.
La frase
del escritor argentino Julio Cortázar es alentadora para estos casos cuando
dijo: “Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está
perdido y hay que empezar de nuevo” en nuestro constante proceso de
evolución, cerrar un ciclo podría significar que otro está por abrirse.
Cerrar
ciclos no es necesariamente abandonar o retirarse. Se trata de entender, que
podemos cambiar de dirección para ir a mejores lugares a alcanzar nuevas y
mejores metas. Si usted está en una zona de confort y considera que allí debe
estar toda su vida porque se siente bien; hágalo. Pero si dentro de esa
suntuosidad se siente inconforme, suelte las amarras y leve sus anclas, puede
ser que un puerto mejor lo esté esperando.
Estudios
demuestran que aproximadamente el 80% de las personas, trabajan en algo que no
les gusta, principalmente por dos razones: condicionamiento social y necesidad.
Es increíble como hay personas que les cuesta tanto jubilarse. Se aferran a su
puesto de trabajo y se privan de vivir la longevidad sin estas obligaciones,
solo a cambio de no abandonar la costumbre. Generalmente los individuos se acostumbran
a situaciones y a formas de vida que lejos de alentar cambios positivos les
hacen cautivos de modelos caducos y consecuencias la mayoría de las veces
nefastas.
Comprender
cuando se cierra un ciclo es una elección absolutamente individual, valorada y
analizada por usted. Cuando la elección es tuya, debemos dar el tiempo
necesario, ni mucho ni poco, sino el correcto y se recomienda “moverse despacio
en las decisiones irreversibles”. Si la decisión lo sorprende desde lo
inevitable, asúmala, tal vez una brillante oportunidad que está tocando a su
puerta.
CERRAR
CICLOS, ES COMENZAR DE CERO O INICIAR DE NUEVO….
Empezar de cero es posible, y más cuando se trata de
cerrar ciclos. No sólo se trata de resetear nuestro cerebro o nuestro corazón,
sino comenzar poco a poco para mejorar de dentro hacía afuera. Reiniciar o
iniciar de cero o el simple hecho de darse otra oportunidad, lleva un
proceso el cual nos permite conocernos en todo momento. A continuación, te
comparto algunos consejos o sugerencias que te ayudarán a cerrar ciclos:
Primeramente ...
·
Perdónate
Quizás suene complicado, pero muchas veces nos castigamos y auto
juzgamos, incluso podemos llegar a arrepentirnos. Un paso esencial para cerrar
un ciclo, es enfocarnos de manera personal, y con ello entender los
errores que hemos cometido. Recuerda, reconocer y perdonar es un paso muy
importante en nuestra vida.
·
Deja ir aquello que te hace mal
Muchas veces nos aferramos a personas o situaciones que no nos dejan
avanzar. Sin embargo, el no dejar ir simplemente nos lastima, tú tienes el
poder y la decisión de saber qué es lo que realmente quieres. A veces se
gana más cuando se pierde.
·
Recuerda todo
Otra manera de cerrar un ciclo, es recordando todo aquello que hemos
vivido. Es posible que algunos recuerdos sean negativos, pero para ello, es
necesario aprender de lo sucedido, no pretender olvidarlo, y lo más
importante aceptarlo.
·
Despréndete
Finalmente, la última parte de este ciclo ha llegado, para lograr
despegarte necesitas vivirlo, es decir vivir un duelo. Suena
complicado, pero este proceso requiere de tiempo y fuerza de voluntad.
Verás que con darte la oportunidad lograrás conocerte aún más.
Hay maneras distintas de cerrar ciclos, para ello,
tú tienes la decisión para seguir adelante.
VOLVER
A EMPEZAR, EMPEZAR DE CERO O DARSE OTRA OPORTUNIDAD
Volver a empezar es un proceso que causa entusiasmo e
ilusión, y que también compromete, todo lo cual interviene para que abraces la
idea de que, a partir de ahora, todo será mejor, pero ¿cómo cerrar
ciclos y avanzar?
Emprender un camino en ocasiones no surge de
manera intempestiva, sino que hay un factor previo que lo impulsa del cual
necesitas soltarte para liberar todo lo anterior y darle paso a
otras experiencias.
La voluntad es una pieza fundamental para procesar
un cambio, como también lo es cerrar círculos, cosa que te permite hacer
un análisis acerca de esos momentos de vida, para poder darle vuelta a la
página y escribir una nueva historia.
Da el primer paso
Toda separación causa
dolor o nostalgia y evita que avances, ya sea porque resulta doloroso o
por el contrario, es tan positivo que no lo quieres dejar ir y te dedicas a
vivir del recuerdo.
Resulta paradójico, pero
para poder emprender hay que terminar. Cerrar un ciclo requiere sí de
la decisión, y además de una especie de ritual que te permitirá estar
en condiciones de iniciar con nuevos proyectos, la psicóloga Mariana Rivera
recomienda:
1. No te aferres. A nada ni nadie y
ten consciencia de que la vida es un constante cambio, por lo que
siempre encontrarás nuevas formas de vivir.
2. Admite. Lo que fue o no,
tu responsabilidad y qué papel juegas para que las cosas sean de tal
o cual forma; esta es la mejor manera de aprender.
3. Acepta. Que todo lo que te ocurre
es parte de la experiencia, ya sea positiva o negativa, te ayuda a crecer
y por ello debes ser agradecida.
4. Aprende. A decir adiós, es
fundamental y lo puedes hacer con un ritual, ya sea una carta
de despedida o simbolizar de alguna manera el cierre de ese ciclo,
sin que olvides la importancia de agradecer la experiencia.
5. Emprende. Por último, llega el
momento de hacer nuevos proyectos.
La frase puede parecer superficial y se piensa
que cerrar un círculo consiste en romper deliberadamente con todo lo
que lleve una relación con ese evento o persona con la que has
decidido concluir. Sin embargo, parte del éxito de este proceso radica en
aprender a separarte sin dolor, es decir, debes obtener el mayor provecho
de esa experiencia y reconocer que dentro de todo lo negativo que
pudiera haber sido algo, aportó a tu vida.
Esa valoración es la que te hace desprenderte
sin rencores y poder proyectar la siguiente fase desde una plataforma positiva
que no busca borrar el pasado sino capitalizar a favor del presente”, explica
la especialista.
¿Por qué nos cuesta cerrar ciclos?
Cuando creamos vínculos que se tornan insanos, con
apegos que no nos dejan avanzar, nos quedamos conectados con el pasado, lo que
nos impide vivir el presente a plenitud. Nos dejamos gobernar por emociones
negativas como el miedo, la rabia, el resentimiento y la tristeza, sin dejar
que estas tengan su evolución natural y cumplan su función para dar paso a otro
ciclo.
Quedarnos anclados en el pasado es permanecer en la
postura de víctima, en apariencia más fácil que asumir y afrontar los cambios,
pero, a la larga, resulta más doloroso y de un costo emocional alto. Vivir
lamentándote por el pasado te hace perder tu presente.
En que consiste cerrar ciclos emocionales
Cerrar ciclos emocionales es asumir la postura de
protagonista de nuestra vida. La pregunta recurrente que no nos permite avanzar
es: “¿Por qué a mí?”. Cerrar el ciclo emocional es soltar, dejar ir, sin
malgastar el presente lamentando y buscando razones a lo que nos pasó. No
podemos continuar vinculados a quien ya no desea seguir con nosotros o sentir
que pertenecemos a un lugar de donde nos hemos ido o nos han echado. Para
avanzar hay que abandonar todo vestigio de añoranza por un pasado que ya no nos
pertenece.
SIN EMBARGO; Muchas personas
creen que la vida es una cuestión de azar, que las experiencias y oportunidades
que se presentan espontáneamente, además de ser gratas sorpresas, son lo mejor
manera de vivir y de crecer personalmente. Este tipo de personas confían más en
los eventos externos y por esa razón ESPERAN a que las cosas sucedan. Muchas
veces culpamos de nuestras circunstancias a la mala suerte o a las personas que
nos dañaron. Sin embargo, solo nosotros somos responsables de nuestra vida.
La mayoría de las personas creemos en las coincidencias y que el universo nos
tiene preparado un gran futuro, sencillamente porque sí, sin esfuerzo y porque
nos lo merecemos. Según este tipo de personas, sólo tienes que “darle
tiempo al tiempo" y resistir las inclemencias de tus problemas en
la vida. Al fin y al cabo, “después de la tormenta llega la calma”,
así que lo mejor que puedes hacer es soportar las dificultades, los problemas “ser
un guerrero, un héroe o un mártir”, porque tarde o temprano, "vendrán
tiempos mejores" para ti.
Y pensamos que el destino que está escrito especialmente para mí o para ti,
tarde que temprano te encontrará y ya no tendrás las complicaciones que tienes
ahora, después de todo “no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que
lo resista”, o “mal que por bien, no venga”, como dijeran
nuestras abuelitas “agua que no has de
beber, déjala correr”, así que algún día, quieras o no, tus
inconvenientes terminarán, y llegara tu vida la total y plena felicidad, tu
príncipe azul, o tu princesa de cuento de hadas y mientras tanto a besar sapos
y ranas, pues al fin y al cabo me merezco algo mejor, o simplemente me sentare
en este lugar a observar que la vida pase, porque para qué me preocupo desde
ahora.
Sencillamente, las cosas extraordinarias de la vida aparecen de forma
inesperada, tú simplemente tienes que estar –de una u otra manera- preparado
para hacer uso de los buenos momentos que el destino te está ofreciendo o te
ofrecerá, mañana mismo o en un par de años.
Pero para ello deberás trabajar en ti y en todo lo
necesario para que estos sueños se realicen y no simplemente esperar a que el
destino te haga ese pequeño favor,
CREER QUE EL DESTINO ES EL ÚNICO RESPONSABLE
DE LO QUE NOS PASA ES ALGO FANTASIOSO E IDEALISTA.
Obviamente, las situaciones afortunadas (y desafortunadas) impredecibles pasan
todo el tiempo, pero creo que estos casos son más bien una excepción a la
regla. Yo simplemente no creo que las casualidades, la suerte o el fatídico
destino deban orientar mi vida y mis propósitos (inclusive algunos piensan que
el destino les mostrará cuáles propósitos deben tener en sus vidas y cuáles no,
lo cual no deja de sorprenderme).
Yo creo en que cada uno de nosotros debe forjar una disciplina física y
psicológica para mejorar y crecer como persona. Creo que la mejor forma de
asegurar tu “destino” en la vida es creándolo, que la mejor manera de predecir
tu futuro es haciendo todo lo posible para que pasen las cosas que deseas.
En mi opinión, estamos en este mundo para crearnos oportunidades, no
para esperar a que vengan a nosotros por arte de magia.
Yo sólo veo en la suerte, las coincidencias y
el destino es un cúmulo de excusas para no hacer planes, para no fijar metas en
tu vida, para no comenzar a trabajar en aquello que deseas hacer.
El mito del destino es la perfecta excusa
para la inactividad, para que te quedes justo donde estás ahora esperando que
la predestinación haga de las suyas con tu vida.
Si aún crees en el destino, piensa en lo que esta fantasía le está haciendo a
tu vida. Reflexiona en cómo esta idea infeliz alimenta tu pasividad y
tu pereza, diciéndote que no puedes tener una mejor vida de la que “algo” o
“alguien” ya establecieron, sin importar lo mucho o lo poco que hagas ni las
ambiciones y sueños que tengas en tu vida.
No seas una persona conformista e idealista, se
alguien más pragmático. ¡No esperes a que el destino llame a tu puerta cuando
ni siquiera has construido la puerta!
Las cosas que quieres no llegarán a tu vida “como por arte de magia” ni “caídas
del cielo”. Tú eres el arquitecto de tu propio destino. En tus manos
está tu realización personal y tus objetivos más preciados. Las oportunidades
no aparecerán en tu camino de un momento a otro, tienes que construir
intensamente cientos de caminos para que ellas se crucen con el tuyo
Ø TU ERES DUEÑO DE TU PROPIO DESTINO
Cuando escuchas que eres el dueño de tu
propio destino, posiblemente te suene a una repetida frase de superación
personal. Frecuentemente nos animan a perseguir nuestros
sueños, aspiraciones y a sentirnos poderosos, pero nadie nos explica cómo
hacerlo. Por ello, terminan convirtiéndose en expresiones vacías que no tomamos
muy en cuenta. Pero la realidad es mucho más profunda y compleja de lo que
imaginas. Hacerte dueño de tu destino no es únicamente cumplir tus metas y
deseos. Por el contrario, implica mirar tus partes más oscuras, aceptar tus
fallos y tomar responsabilidad.
Ø SAL DEL PAPEL DE VÍCTIMA
Desde pequeños nos enseñan a adaptarnos al
papel de víctimas. No en el sentido de dramatizar y regodearse en el
sufrimiento, sino en la percepción de que yo no dirijo mi vida, las cosas me
pasan a mí. Crecemos dando gracias a la suerte cuando algo nos sale bien y
sintiéndonos indefensos y desdichados cuando ocurre, al contrario. Aunque no
seamos totalmente capaces de percibirlo de forma consciente, sentimos que
nuestra vida va a la deriva de los acontecimientos. Si tenemos un buen
trabajo nos sentimos afortunados, y cuando nuestras relaciones personales no
son sanas permanecemos en ellas por inercia, porque es lo que hay.
Exactamente lo mismo ocurre con nuestro desarrollo
personal. Si sentimos que somos demasiado tímidos, inseguros o incapaces de
mostrarnos vulnerables, no hacemos nada. “Yo soy así”, pensamos, y
continuamos adelante convencidos de que esas son las cartas que nos
han tocado y con ellas hemos de jugar.
Lo que nadie nos cuenta es que podemos repartir de
nuevo. No nos explican que podemos cambiar de hábitos, de relaciones, de
lugares. Que es, realmente, nuestro pleno derecho hacerlo. Nadie nos
empodera y nos afirma que tenemos control real sobre nuestras
circunstancias, que si no nos gusta donde estamos, podemos movernos.
Que si no nos gusta cómo somos, podemos cambiar.
Ø
HAZTE ADULTO
Sin embargo, para tomar las riendas de nuestro
destino es necesario hacernos cargo de nuestro pasado, presente y futuro.
Todos nos hemos escudado alguna vez en las difíciles circunstancias que nos ha
tocado vivir. Unos padres que no lo hicieron del todo bien, unos compañeros
crueles, una pareja despiadada.
Sí, es cierto, nuestro pasado influye enormemente en
quienes somos hoy en día. Pero debemos recordar que ya no vivimos ahí,
que ya no somos ese niño que tanto sufrió. Hoy somos adultos, y
los únicos responsables de sanar esas heridas para que dejen de
condicionarnos. Cuando verdaderamente te haces adulto, dejas de necesitar
culpables, porque entiendes que todo está en tus manos.
Para hacerte adulto has de mirar de frente la
oscuridad de tu pasado, sentir el dolor que no quisiste afrontar en
su momento y sanar. Extraer la lección que cada experiencia te ha dejado y
utilizarla para salir fortalecido. Para comprender mejor quién eres, qué
quieres y qué no estás dispuesto a tolerar.
Sanar no es una tarea fácil, muchas veces requiere
de ayuda profesional, sin embargo, es el mejor regalo que puedes hacerte a ti
mismo. Cuando te liberas de las cargas pasadas, te sientes libre para
comenzar de nuevo. Se abre ante ti un mundo de posibilidades, donde ya
no te riges por lo que hicieron de ti, sino por lo que tú deseas ser.
Ø
SÉ EL DUEÑO DE TU PROPIO DESTINO
Ahora que sabes el secreto, comienza a trabajar.
Dedica un tiempo a la introspección para saber qué aspectos necesitas sanar y
cuales deseas modificar. Recuerda que no tienes por qué conformarte,
mereces calidad en cada ámbito de tu vida. Aunque eso suponga abandonar
personas, empleos o tradiciones que no te permiten despegar el vuelo.
El cambio da vértigo, pero es lo único
que te saca de dónde estás y te conduce a donde quieres ir. No
temas probar cosas nuevas, no temas cambiar de opinión. Quizá en un principio
te resulte forzado, pero al final, guiarte por tus propios valores será tu
única forma de caminar por el mundo.
Ya no habrá lugar para quienes tratan de definirte,
de limitarte o de tirarte por tierra, pues tú has descubierto tu poder. Si
deseas algo, traza un plan para lograrlo. Fórmate, cambia tus pensamientos
y tus conductas. Tú eres el único artífice de tu realidad.
Reflexiona,
no estás solo, hazte escuchar, comparte tus pensamientos, comunícate de manera
efectiva, afectiva y activa con los demás. Cuídate. Y si es necesario, busca un
profesional de la salud mental quien te brinde un espacio seguro, libre de
juicio en donde te ayudaran a identificar lo que te pasa, brindando
herramientas que te ayuden a manejar el estrés y la ansiedad, amarte a ti mismo
y, de ser necesario, canalizarte con un especialista para una valoración
completa y tus pensamientos no interfiera con tu día a día. Y mi consejo de
siempre: come de manera saludable, duerme lo suficiente, realiza ejercicio, haz
lo que te gusta, ocúpate, SE FELIZ... Y
recuerda... Tu crecimiento personal es vital, y para lograrlo... Da el primer
paso... ¡ATREVETE A SER UNA MEJOR VERSIÓN DE TI!
¡La navidad es más verdaderamente Navidad cuando celebramos dando luz y
amor a quienes más lo necesitan!
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