El acceso al agua potable es un derecho humano fundamental, sin
embargo, a pesar de su vital importancia, millones de personas en todo el mundo
continúan enfrentando escasez de agua potable.
Este problema,
exacerbado por el crecimiento demográfico, el cambio climático y la gestión
inadecuada de recursos hídricos, requiere de políticas públicas efectivas a
nivel global para su solución.
Es por ello
que, en el marco del Día Mundial del Agua, a conmemorarse el próximo 22 de
marzo, es importante reflexionar sobre estas problemáticas y, sobre todo, las
acciones que se están implementando en diferentes partes del mundo para abordar
este desafío.
Como lo
mencionaba, la escasez de agua potable es un problema global que afecta a
países desarrollados y en desarrollo por igual. Según datos de la ONU, al menos
2 mil 200 millones de personas en todo el mundo carecen de acceso a agua
potable gestionada de manera segura, lo que representa un riesgo significativo
para la salud pública y el desarrollo sostenible.
Esta crisis se
ve agravada por una serie de factores, incluida la contaminación de fuentes de
agua, la sobreexplotación de acuíferos y la falta de infraestructura adecuada
para el suministro y tratamiento del agua.
Al respecto,
un informe del Banco Mundial titulado “Reducir las desigualdades en el
suministro de agua, saneamiento e higiene en la era de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible”, resalta que es preciso que los países cambien
drásticamente el modo en que gestionan los recursos y prestan servicios clave,
empezando por la mejora de los sistemas de asignación para asegurar que lleguen
a los más necesitados y para hacer frente a las ineficiencias, de tal forma que
se garantice que los servicios públicos sean sostenibles y eficaces.
En este
sentido es que los gobiernos deben estructurar y emprender, desde diferentes
trincheras, diversas políticas públicas como la gestión sostenible de recursos
hídricos, inversión en infraestructura, educación y concientización, además de
la cooperación internacional.
Es por ello
que se debe promover la conservación y la eficiencia en el uso del agua. Esto
incluye la implementación de tecnologías innovadoras para la recolección,
tratamiento y distribución del agua, así como la promoción de prácticas
agrícolas e industriales más sostenibles.
Asimismo, es
fundamental invertir en infraestructura hídrica para garantizar el acceso
equitativo al agua potable. Esto incluye la construcción de sistemas de
distribución de agua, plantas de tratamiento de aguas residuales y sistemas de
captación de agua de lluvia. Estas inversiones no solo mejoran el acceso al
agua potable, sino que también generan empleo y estimulan el crecimiento
económico.
Un ejemplo de
ello lo podemos ver en Singapur, nación que ha implementado una estrategia
integral para garantizar la seguridad hídrica, incluyendo la diversificación de
fuentes de agua, la reutilización de aguas residuales tratadas y la inversión
en tecnología para el tratamiento del agua. Estas políticas han permitido al
país superar su escasez de agua potable y convertirse en un líder mundial en la
gestión del agua.
Por su parte,
Australia enfrentó una grave sequía en la década de 2000, lo que llevó a
importantes reformas en la gestión de recursos hídricos. Estas reformas
incluyeron la implementación de esquemas de asignación de agua basados en el
mercado, la promoción de la eficiencia en el uso del agua y la inversión en
infraestructura para la captación y almacenamiento de agua. Como resultado,
Australia logró mejorar la gestión de sus recursos hídricos y construir una
mayor resiliencia frente a la sequía.
Desde luego,
las políticas públicas deben incluir programas de educación y concientización
sobre la importancia del agua potable y la necesidad de conservar este recurso
vital. Esto puede incluir campañas de sensibilización en escuelas, comunidades
y medios de comunicación para promover el uso responsable del agua y la
adopción de prácticas de conservación.
Al respecto,
no puede escapar la importancia de tomar acción en nuestra nación, ya que no es
para menos saber que en la Ciudad de México, el 26 por ciento de sus habitantes
no cuentan con este servicio suficiente; en el norte, principalmente en Nuevo
León, y en algunas partes del centro del país se sufre una grave sequía. En el
ámbito estatal, datos de la CONAGUA señalan que 47% de los municipios de Puebla
presentan sequía.
Es así que
este Día Mundial del Agua es una ocasión importante para reflexionar sobre
nuestro papel en la preservación y protección de este recurso vital, además de
instar a los entes públicos a actuar a través de iniciativas de acceso
equitativo al agua potable para contribuir de manera significativa a garantizar
un suministro seguro y sostenible del vital líquido para las generaciones
presentes y futuras.
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