En unos días, el 15 de julio, se celebrará el Día Mundial de las
Habilidades de la Juventud, una fecha proclamada hace exactamente una década por
la Asamblea General de las Naciones Unidas con el objetivo de sensibilizar
sobre la importancia de invertir en el desarrollo de habilidades y destrezas en
los jóvenes, con el fin de prepararlos para el mercado laboral y, en
consecuencia, promover un desarrollo económico y social sostenible.
Y es que para nadie es una sorpresa que en un mundo cada vez más
globalizado y tecnológicamente avanzado, la brecha de habilidades se ha
convertido en un desafío significativo. Muchos jóvenes carecen de las
competencias necesarias para competir en el mercado laboral global, lo que
limita sus oportunidades de empleo y crecimiento profesional. Esta brecha no
solo afecta a los individuos, sino que también tiene repercusiones negativas en
las economías nacionales y en la capacidad de los países para competir en una
economía global.
De acuerdo con el INEGI, se estima que en México el 30 % de la
población son jóvenes, es decir que en el país habitan unos 37.7 millones de
personas de 12 a 29 años. Sin embargo, datos de la OCDE apuntan que el país es
el décimo con mayor número de jóvenes de entre 18 y 24 años de edad que no
tienen acceso a estudios ni a empleo.
Brasil, Grecia, Italia y Sudáfrica se encuentran por encima de
México y tienen la mayor proporción de jóvenes que padecen desempleo de larga
duración, pues alrededor del 5 % o más de los jóvenes en estos países no
estudiaban y habían permanecido sin empleo durante al menos 12 meses en el
primer trimestre de 2021.
Esta falta de “oportunidades” para los jóvenes sin duda es
multifactorial, sin embargo, la adquisición de habilidades técnicas y blandas
es crucial para que los jóvenes accedan a empleos de calidad.
Aunado a ello, basta recordar que para nuestro país la pandemia
fue un catalizador del cambio para las escuelas, alumnos y docentes, ya que
evidenció tajantemente la necesidad de una evolución en el ecosistema de
educación mexicano.
Las habilidades técnicas, como la programación, la ingeniería y la
contabilidad, son demandadas en diversos sectores. Las habilidades blandas,
como la comunicación, la resolución de problemas y el trabajo en equipo, son
igualmente esenciales, ya que permiten a los jóvenes adaptarse a diferentes
entornos laborales y trabajar eficazmente con otros.
Aunado a ello, al dotar a los jóvenes con las habilidades
necesarias, se les empodera económicamente. Esto no solo mejora sus
perspectivas de empleo, sino que también les permite emprender y crear sus
propias oportunidades de negocio. El emprendimiento juvenil puede ser un motor
de crecimiento económico y creación de empleo, especialmente en comunidades con
altas tasas de desempleo.
Asimismo, los jóvenes son una fuente de innovación. Al recibir una
educación adecuada y oportunidades de desarrollo de habilidades, pueden
contribuir significativamente a la innovación y a la competitividad de las
economías. Las nuevas ideas y enfoques pueden surgir cuando los jóvenes tienen
las herramientas y el apoyo necesarios para explorar y desarrollar sus
potencialidades.
Por lo anterior y en el marco del Día Mundial de las Habilidades
de la Juventud, es fundamental destacar y apoyar las iniciativas y programas de
capacitación que buscan cerrar la brecha de habilidades para los jóvenes
mexicanos, así como para los poblanos que son el 26% de la población en el
estado.
Es necesario fortalecer el sector educativo en términos de
infraestructura, calidad de la educación y formación docente. Se debe
implementar las tecnologías que permitan tanto a estudiantes como a docentes
llevar a cabo sus aprendizajes de manera presencial o remota, sin que esto
afecte la calidad de la educación.
Aunado a ello se debe ofrecer a los jóvenes la oportunidad de
adquirir habilidades específicas del sector, mejorando su empleabilidad en
industrias como la tecnología, la manufactura y los servicios.
También se debe impulsar una mayor apertura a las pasantías, el
aprendizaje y los programas de formación en el lugar de trabajo, lo que permite
a los jóvenes adquirir experiencia práctica y desarrollar habilidades
relevantes para sus carreras.
De la misma forma, se debe apoyar a los jóvenes emprendedores a
través de mentoría, acceso a financiamiento y redes de negocios, lo cual es
esencial para que puedan desarrollar sus ideas y convertirlas en negocios
sostenibles.
Estas acciones son sólo un ejemplo de la urgencia que tiene el impulsar a los jóvenes, a través de la adquisición de habilidades y destrezas, lo cual no solo es una inversión en su futuro, sino también en el futuro de nuestras sociedades y economías.
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