Lo que dejó España a México
*Y lo que dejó Nueva España al mundo; mestizaje y la fusión
de dos mundos
Por Raúl Torres Salmerón
Se ha hablado mucho, en diarios, redes sociales,
comunicación verbal y pláticas en los cafés del asunto de la no invitación al
Rey de España para que asistiera a México a la toma de posesión de la
Presidenta Claudia Sheinbaum y la ausencia de cualquier representante español a
la ceremonia.
El mestizaje entre España y México, iniciado con la llegada
de los españoles al continente americano fue una fusión de dos culturas que dio
origen a nuevas identidades, tradiciones y riquezas compartidas.
¿Y qué dejó España en Nueva España a lo largo de 300 años?
La lista de los beneficios recibidos es enorme:
El derrocamiento de un poder, el mexica, despótico y
sanguinario, que imponía tributos de sangre a los pueblos sometidos. Éstos
prefirieron la alianza con Cortés antes que defender una supuesta América
indígena.
El fin del canibalismo, negado y poco difundido por la
historia oficial. Al pan de color rojo que aún se vende en pueblos y ciudades
es el recuerdo de la sangre de los sacrificados por los aztecas. Lo utilizaron
los frailes españoles para adoctrinar a los indígenas.
La diversidad cultural, tan alabada hoy día cuando sucede en
Europa o Estados Unidos. Gracias a la conquista, se instalaron en México
europeos, asiáticos y africanos. La rueda y la explotación de los metales; la
Real y Pontificia Universidad de México, fundada por el emperador Carlos V en
1551 y desmantelada en el siglo XIX por los republicanos.
La Catedral de la Asunción de María de México, de la que se
puso la primera piedra en 1571, reinando Felipe II. El alfabeto y la escritura
de la lengua castellana y de varias otras lenguas indígenas.
La industria del libro, con el establecimiento de la primera
imprenta en 1539 y la declaración por una real cédula de 1558 del oficio de
impresor como libre; la primera biblioteca pública de América, fundada por el
obispo Juan de Palafox en Puebla en 1646.
El calendario gregoriano, establecido por Felipe II en
octubre de 1582, antes que en Inglaterra, Estados Unidos, Suecia, Turquía,
China, Rusia; el comercio con España, China y Perú, con exportación de
artículos como plata y tabaco.
La cría de caballos, mulos, burros y bueyes, que hicieron la
vida más cómoda a los indígenas, pues permitían el transporte de cargas a lomos
de estos animales o en carretas, cuando antes las tenían que llevar ellos.
La difusión de nuevos alimentos, fuesen animales como
gallina, cerdo y cordero, frutas como naranjas, plátanos y manzanas o vegetales
como trigo, arroz, garbanzos, lentejas, berenjenas.
Una legislación que convertía a los nativos más humildes en
sujetos de derechos y frenaba los castigos que podían infligir los caciques y
las autoridades españolas; la supresión del servicio militar exigido por los
caciques para guerrear contra los vecinos.
La fundación por Cortés del primer hospital en la ciudad de
México, el de Jesús, en 1521. Y poco después el primer hospital para leprosos,
el de San Lázaro; el primer hospital universitario, el Hospital Real de
Naturales, que acogió la Real Escuela de Cirugía, y donde se estudiaban las
medicinas y los remedios españoles e indígenas.
La construcción de nuevas ciudades, más luminosas e higiénicas
que las de Europa, gracias a la aplicación del urbanismo de la ‘ciudad ideal’
renacentista; la vacuna de la viruela y las juntas de vacunación, que
desaparecieron en las guerras del siglo XIX.
Como se ve, los españoles dejaron en América mucho más de lo
que, por ejemplo, dejaron los árabes en España, o los vikingos en Irlanda, o
los mongoles en Asia, o los franceses en Costa de Marfil.
La esclavitud era habitual entre los indígenas, hasta el
punto de que la intérprete y amante de Cortés, doña Marina, fue vendida por sus
padres y luego regalada, junto con otras mujeres, por los caciques de Tabasco a
los españoles y liberada por éstos. Acabó como una señora, casada un capitán
del gran conquistador y con dos encomiendas.
La abolición de la esclavitud en México la realizaron los
independentistas a partir de 1824 en las Constituciones estatales, aunque tardó
tiempo en ser efectiva.
Como dato curioso hay que señalar que cuando se proclamó la
independencia por el rechazo de Fernando VII a enviar a un infante de la Casa
de Borbón para que fuese coronado rey, como proponía el Plan de Iguala, el
Imperio Mexicano era el cuarto estado soberano más extenso del mundo, con más
de cuatro millones de kilómetros cuadrados. Poco más tarde, las oligarquías
criollas empezaron a perder territorio en favor de Estado Unidos, entregaron
las riquezas mineras a extranjeros y por último se dedicaron a masacrar a sus
compatriotas de clase baja.
Y esto es lo que España no tendría sin el mestizaje con
México:
En alimentos y gastronomía, el chocolate y vainilla
productos, llevados del México prehispánico, se convirtieron en lujos
codiciados en las cortes europeas; hoy en día, el chocolate y la vainilla son
ingredientes esenciales en la repostería española y mundial.
Tomate y maíz que, en la cocina mediterránea, famosa por su
riqueza, no sería la misma sin el tomate mexicano, el cual llegó a ser un pilar
en la dieta española; del mismo modo, el maíz se incorporó en diversas recetas.
Chiles y aguacates fueron los ingredientes que enriquecieron la cocina
española, especialmente en las regiones donde se adaptaron rápidamente.
Arte y cultura, con el barroco novohispano que el mestizaje
cultural dio lugar a un estilo artístico propio de la Nueva España, que influyó
tanto en la península como en América. Este arte fusionó tradiciones indígenas
y europeas, creando un legado único.
En literatura mestiza, autores como Sor Juana Inés de la
Cruz, cuya obra refleja la interacción entre lo europeo y lo novohispano, han
sido fundamentales tanto para la literatura española como para la mexicana.
Riqueza económica con minerales preciosos ya que el oro y la
plata de México alimentaron la economía española durante siglos. Esta riqueza
consolidó a España como una potencia mundial durante el Renacimiento, permitiéndole
expandir su influencia.
A diferencia de otros procesos coloniales que arrasaron con
las culturas nativas, en el caso de México y España, el mestizaje implicó
protección y fusión cultural. Isabel la Católica, desde el comienzo, ordenó que
los indígenas fueran tratados como súbditos y no esclavos, lo que quedó
formalizado en las Leyes de Indias.
El mestizaje entre España y México no fue un proceso de
simple conquista, sino un proceso de construcción y fusión entre dos mundos. De
esta interacción surgió una nueva cultura rica en tradiciones, arte y
gastronomía que ha marcado profundamente a ambas naciones.
En síntesis, el mestizaje es el punto de partida para la
creación de una cultura única y diversa que sigue evolucionando hasta el día de
hoy.
Y ya ni hablar del exilio español en México en tiempos del
Presidente Lázaro Cárdenas.
En fin, como escribió Pedro Garfias, (España, 1901-1967), en su poema Entre México
y España:
Y tú, México libre, pueblo abierto
al ágil viento y a la luz del alba,
indios de clara estirpe, campesinos
con tierras, con simientes y con máquinas;
proletarios gigantes de anchas manos
que forjan el destino de la Patria;
pueblo libre de México:
como otro tiempo por la mar salada
te va un río español de sangre roja,
de generosa sangre desbordada.
Pero eres tú esta vez quien nos conquistas,
y para siempre, ¡oh vieja y nueva España!
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