lunes, 4 de agosto de 2025

Nuevos Horizontes


 

Cuida el agua, Crónica de los tiempos 2070

                                                                                             Alberto Jiménez Merino

Ayer por la mañana, al levantarme, encontré bajo mi puerta un sobre extraño, el papel era grueso y gris, como una especie de aleación de papel y metal, no es rígido, no tiene estampilla pero mi nombre y dirección están claramente escritos; lo abrí con suma curiosidad, al extender las hojas, me extrañó que la letra, escrita a mano, me era familiar, y lo más sorprendente es la fecha y el contenido, el cual comparto con ustedes. 

Acabo de cumplir los 50, pero mi apariencia es de alguien de 85. Tengo serios problemas renales porque bebo muy poca agua. Creo que me resta poco tiempo. Hoy soy una de las personas más viejas en esta sociedad. Recuerdo cuando tenía 5 años. Todo era muy diferente. Había muchos árboles en los parques, las casas tenían bonitos jardines y yo podía disfrutar de un baño quedándome debajo de la regadera por una hora. Ahora usamos toallas humedecidas en aceite mineral para limpiar la piel.

Antes, todas las mujeres mostraban sus bonitas cabelleras. Ahora debemos raparnos la cabeza para mantenerla limpia sin usar agua. Antes, mi padre lavaba el coche con el agua de salida de una manguera. Hoy, los niños no creen que el agua se utilizaba de esa manera. Recuerdo que había muchos anuncios que decíanCUIDA EL AGUA”, pero nadie les hacía caso; pensaban que el agua jamás se podía terminar. Ahora, todos los ríos, presas, lagunas y mantos acuíferos están irreversiblemente agotados o contaminados. Inmensos desiertos constituyen el paisaje que nos rodea por todos lados, las infecciones gastrointestinales, enfermedades de la piel y de las vías respiratorias, son las principales causas de muerte.

La industria está paralizada y el desempleo es dramático. Las fábricas desalinizadoras son la principal fuente de empleo y pagan con agua potable en lugar de salario. Los asaltos por un garrafón de agua son comunes en las calles desiertas. La comida es 80% sintética. Antes, la cantidad indicada ideal para beber eran 8 vasos para una persona adulta. Hoy, solo puedo beber medio vaso. La ropa es desechable, lo que aumenta la cantidad de basura; tuvimos que volver a las fosas sépticas como en el siglo pasado porque las redes de drenaje no se pueden usar por falta de agua.

La apariencia de la población es horrorosa, cuerpos desfallecientes arrugados por la deshidratación, llenos de yagas en la piel por los rayos ultravioleta que no tienen la capa de ozono que los filtraba. Por la sequedad de la piel una joven de 20 años está como si tuviera 40. Los científicos investigan, pero no hay solución posible. No se puede fabricar agua, el oxígeno también está degradado por la falta de árboles lo que ha disminuido el coeficiente intelectual de los jóvenes. Se alteró la morfología de los espermatozoides de muchos individuos, como consecuencia hay muchas personas con insuficiencias, mutaciones y deformaciones.

El gobierno cobra por el aire que respiramos, 137 metros cúbicos por día por habitante. La gente que no puede pagar es retirada de las zonas ventiladas dotadas de gigantescos pulmones mecánicos que funcionan con energía solar. La esperanza de vida es de 35 años. Algunos países conservaron manchas de vegetación con su respectivo río, que es fuertemente vigilado por el ejército. El agua se volvió un tesoro muy codiciado, más que el oro o los diamantes.

Aquí en cambio nunca llueve porque no hay árboles, y cuando ocurre es de lluvia ácida. Las estaciones del año están severamente transformadas por las pruebas atómicas y las industrias contaminantes del siglo XX. Se advertía de que había que cuidar el medio ambiente, pero nadie lo hizo.

Cuando mi hija me pide que le hable de cuando era joven, describo lo bonito que eran los bosques, le hablo de la lluvia, de las flores, de lo agradable que era darse un baño y poder pescar en los ríos, en los mares y represas, beber toda el agua que quisiese y de lo saludable que era la gente.

¿Papá, porque se acabó el agua? Al responder siento un nudo en la garganta. No puedo dejar de sentirme culpable, porque pertenezco a la generación que terminó destruyendo el medio ambiente, que no tomamos en cuenta tantos avisos que lo anticipaban… Ahora, nuestros hijos pagan las consecuencias, a un precio muy caro.

Sinceramente creo que la vida en la tierra ya no será posible dentro de muy poco, porque la destrucción ambiental está llegando a niveles irreversibles...

¡Cómo me gustaría volver atrás y poder hacer que la humanidad comprendiera esto, cuando todavía se podía hacer algo por salvar nuestro planeta tierra...!

Tomado de la Revista Crónica de los Tiempos. Abril 2002.


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Nuevos Horizontes


 

Cuida el agua, Crónica de los tiempos 2070

                                                                                             Alberto Jiménez Merino

Ayer por la mañana, al levantarme, encontré bajo mi puerta un sobre extraño, el papel era grueso y gris, como una especie de aleación de papel y metal, no es rígido, no tiene estampilla pero mi nombre y dirección están claramente escritos; lo abrí con suma curiosidad, al extender las hojas, me extrañó que la letra, escrita a mano, me era familiar, y lo más sorprendente es la fecha y el contenido, el cual comparto con ustedes. 

Acabo de cumplir los 50, pero mi apariencia es de alguien de 85. Tengo serios problemas renales porque bebo muy poca agua. Creo que me resta poco tiempo. Hoy soy una de las personas más viejas en esta sociedad. Recuerdo cuando tenía 5 años. Todo era muy diferente. Había muchos árboles en los parques, las casas tenían bonitos jardines y yo podía disfrutar de un baño quedándome debajo de la regadera por una hora. Ahora usamos toallas humedecidas en aceite mineral para limpiar la piel.

Antes, todas las mujeres mostraban sus bonitas cabelleras. Ahora debemos raparnos la cabeza para mantenerla limpia sin usar agua. Antes, mi padre lavaba el coche con el agua de salida de una manguera. Hoy, los niños no creen que el agua se utilizaba de esa manera. Recuerdo que había muchos anuncios que decíanCUIDA EL AGUA”, pero nadie les hacía caso; pensaban que el agua jamás se podía terminar. Ahora, todos los ríos, presas, lagunas y mantos acuíferos están irreversiblemente agotados o contaminados. Inmensos desiertos constituyen el paisaje que nos rodea por todos lados, las infecciones gastrointestinales, enfermedades de la piel y de las vías respiratorias, son las principales causas de muerte.

La industria está paralizada y el desempleo es dramático. Las fábricas desalinizadoras son la principal fuente de empleo y pagan con agua potable en lugar de salario. Los asaltos por un garrafón de agua son comunes en las calles desiertas. La comida es 80% sintética. Antes, la cantidad indicada ideal para beber eran 8 vasos para una persona adulta. Hoy, solo puedo beber medio vaso. La ropa es desechable, lo que aumenta la cantidad de basura; tuvimos que volver a las fosas sépticas como en el siglo pasado porque las redes de drenaje no se pueden usar por falta de agua.

La apariencia de la población es horrorosa, cuerpos desfallecientes arrugados por la deshidratación, llenos de yagas en la piel por los rayos ultravioleta que no tienen la capa de ozono que los filtraba. Por la sequedad de la piel una joven de 20 años está como si tuviera 40. Los científicos investigan, pero no hay solución posible. No se puede fabricar agua, el oxígeno también está degradado por la falta de árboles lo que ha disminuido el coeficiente intelectual de los jóvenes. Se alteró la morfología de los espermatozoides de muchos individuos, como consecuencia hay muchas personas con insuficiencias, mutaciones y deformaciones.

El gobierno cobra por el aire que respiramos, 137 metros cúbicos por día por habitante. La gente que no puede pagar es retirada de las zonas ventiladas dotadas de gigantescos pulmones mecánicos que funcionan con energía solar. La esperanza de vida es de 35 años. Algunos países conservaron manchas de vegetación con su respectivo río, que es fuertemente vigilado por el ejército. El agua se volvió un tesoro muy codiciado, más que el oro o los diamantes.

Aquí en cambio nunca llueve porque no hay árboles, y cuando ocurre es de lluvia ácida. Las estaciones del año están severamente transformadas por las pruebas atómicas y las industrias contaminantes del siglo XX. Se advertía de que había que cuidar el medio ambiente, pero nadie lo hizo.

Cuando mi hija me pide que le hable de cuando era joven, describo lo bonito que eran los bosques, le hablo de la lluvia, de las flores, de lo agradable que era darse un baño y poder pescar en los ríos, en los mares y represas, beber toda el agua que quisiese y de lo saludable que era la gente.

¿Papá, porque se acabó el agua? Al responder siento un nudo en la garganta. No puedo dejar de sentirme culpable, porque pertenezco a la generación que terminó destruyendo el medio ambiente, que no tomamos en cuenta tantos avisos que lo anticipaban… Ahora, nuestros hijos pagan las consecuencias, a un precio muy caro.

Sinceramente creo que la vida en la tierra ya no será posible dentro de muy poco, porque la destrucción ambiental está llegando a niveles irreversibles...

¡Cómo me gustaría volver atrás y poder hacer que la humanidad comprendiera esto, cuando todavía se podía hacer algo por salvar nuestro planeta tierra...!

Tomado de la Revista Crónica de los Tiempos. Abril 2002.


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