El peso y el poder del Tribunal de Arbitraje Deportivo y la Agencia de Control Antidopaje, cayeron sobre Alberto Contador, ciclista español, quien fue suspendido dos años debido a una suspensión por dopaje a causa del clembuterol, efectivamente, la misma sustancia que se les detectó a nueve seleccionados nacionales durante la pasada copa Oro, celebrada en Estados Unidos.
Vale la pena recordar que al triple ganador del Tour de Francia y uno de los mejores ciclistas de la historia, se le fue detectado .05 nanogramos es decir de .50 picogramos de la sustancia, misma que se alega contribuyó al desempeño del español.
Ahora hay que ver los resultados de los futbolistas mexicanos; tan sólo Christian Bermúdez, quien fue el que registró menos sustancia en sus exámenes antidoping, un total de 0.6 nanogramos, que es doce veces mayor su nivel al de Contador, y ni se diga de Antonio Naelson Sinha, quien registró 4.2 nanogramos, es decir casi 80 veces más que Contador, por mencionar alguno, ninguno de los dos y mucho menos los otros siete, fueron castigados.
La regla de la Agencia de Control Antidopaje es clara respecto a la sustancia, y no importando la cantidad registrada, se debe de sancionar con suspensión al deportista.
Irónicamente, en ambos casos, tanto Contador como los seleccionados, alegan que comieron comida contaminada; no obstante, los números son claros y sobre todo la diferencia en cuanto al nivel de clembuterol en la sangre. ¿No se les hace raro que en un caso se actuó de forma condescendiente y en otra con mano dura?.
Curiosamente del lado de los perdonados, es decir los seleccionados están organizaciones poderosas como la FIFA, la Femexfut, la Organización Deportiva Panamericana y el Comité Olímpico Internacional, (este último par representados por el mexicano Mario Vázquez Raña, quien no me queda duda que al llamado y al pedido de la Femexfut, este actuó e inclinó la balanza en cuanto a la decisión del TAS y la AMA).
Mientras que en el caso de Contador, sólo su abogado y algunos otros de poco peso, apoyaron al ciclista, quien tras el veredicto, este declaró sentirse destrozado y no solamente porque se busca quitarle la credibilidad y sus títulos conseguidos en 2010, sino porque sencillamente aplastan los sueños de demostrar su inocencia en las futuras competiciones como son los Juegos Olímpicos de Londres, Tour de Francia, entre otros. Sin lugar a duda, en todo el mundo se cuecen habas.



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