La Stop Online Piracy Act (Ley para detener la piratería en línea) SOPA, por sus siglas en inglés, es un proyecto de ley que Lamar S. Smith, legislador republicano, presentó a la Cámara de Representantes de Estados Unidos el 26 de octubre de 2011, y será votado el próximo martes 24 de enero.
Con anterioridad han sido presentadas iniciativas similares al congreso de Estados Unidos, las cuales no prosperaron. SOPA, como las iniciativas que le precedieron, responde a los intereses de algunos de los principales sectores y empresas afectadas por el formidable desarrollo de la Economía del Conocimiento. La obsesión de Hollywood es poder contener a Sillicon Valley.
De acuerdo con el Comité Judicial de la Cámara de Estados Unidos, 142 empresas y asociaciones respaldan la iniciativa SOPA, entre las cuales destacan: CBS, Comcast/NBCUniversal, Country Music Television, Disney Publishing World Wide Inc, EMI Music Publishing, ESPN, HarperCollins Publishers Worldwide, Inc., L’Oreal, Major League Baseball, Marvel Entertainment, MasterCard Worldwide, McGRaw-Hill Education, News Corporation, Random House, Revlon, Sony/ATV Mucis Publishing, Sony Music Entertainment, Tiffany & Co., Time Warner, Universal Music, Visa Inc., Warner Music Group.
No pocas de las empresas antes referidas comenten recurrentes violaciones a los contenidos protegidos por derechos de autor y propiedad intelectual. La disputa no se ubica en el orden de los principios, los valores y la ética. Se trata de un asunto de mercados y audiencias.
Los promotores de SOPA justifican la iniciativa de ley, argumentando que ésta responde a la necesidad de proteger la propiedad intelectual en Internet y combatir el tráfico de contenidos protegidos por derechos de autor y propiedad intelectual.
La iniciativa faculta al Departamento de Justicia de Estados Unidos y a los propietarios de derechos de propiedad intelectual, a obtener órdenes judiciales contra los sitios en Internet que faciliten o comentan violaciones a los contenidos protegidos por derechos de autor y propiedad intelectual.
Entre las posibles acciones persecutorias a los infractores, destacan la posibilidad de bloquear portales en Internet que hospeden sitios que incurran en posibles violaciones contenidos protegidos por derechos de autor y propiedad intelectual; congelar fondos y restringir servicios a empresas de cobro a través de Internet como PayPal –como precisamente ocurrió en la furiosa embestida contra WikiLeaks-.
Además los servicios de publicidad a través de Internet –como AdSense- deberán bloquear aquellos sitios que incurran en posibles violaciones a los derechos de propiedad intelectual; y los motores de búsquedas deberán eliminar enlaces o referencias a tales sitios. Además, por supuesto se han contemplado condenas en prisión a los “delincuentes”.
En la furiosa embestida contra WikiLeaks y Julian Assange fueron ensayadas algunas de las sanciones que han sido contempladas en la iniciativa SOPA: censura gubernamental –en la República Popular China-; rescisión de los contratos convenidos con empresas prestadoras de servicios de hospedaje del sitio (Amazon y EveryDNS); bloqueos en Twitter y Facebook.
Sin embargo, la acción más efectiva contra WikiLeaks fue cerrarle las vías de financiamiento. El 4 de diciembre de 2010, PayPal canceló la cuenta que tenía con WikiLeaks, a través de la cual la organización obtenía financiamiento a través de donaciones. El 7 de diciembre de ese año, Visa retiró la capacidad de hacer donaciones o pagos a WikiLeaks. El gobierno de Estados Unidos se propuso eliminar a WikiLeaks de Internet y prácticamente lo ha conseguido. El asfixio financiero ha resultado implacable.
El peligro de iniciativas como SOPA o PIPA (Protect Intellectual Property Act), radica en la posibilidad de asfixiar a Internet en su totalidad. Ello solo conviene a los intereses particulares de algunas de las empresas emblemáticas de los mercados que precedieron a la Economía del Conocimiento, y que definitivamente no consiguieron transitar a ésta, Kodak, por ejemplo.
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