miércoles, 1 de febrero de 2017

Hacia Un Estado Socialmente Necesario por Alejandro Armenta Mier


Hacia Un Estado Socialmente Necesario 

por Alejandro Armenta Mier


“Estamos frente a un cambio de época: la opción de continuar con los mismos patrones ya no es viable, lo que hace necesario transformar el paradigma de desarrollo actual en uno que nos lleve por la vía de desarrollo sostenible, inclusivo y con visión de largo plazo” (ONU, agenda 2030 para el desarrollo sostenible).

El futuro se está abriendo paso entre las nuevas realidades del país. Problemas vinculados con salud, educación, cultura, seguridad pública, desempleo, deterioro ambiental, pobreza y marginación están generando un malestar creciente, a tal grado que la expresión de protestas, de inconformidad social, de desconfianza en los poderes establecidos y en los medios de comunicación, están ya presentes en la vida nacional.

La inseguridad y la violencia provocada por la delincuencia organizada permean todos los espacios sociales y geográficos en el país. La corrupción es parte integrante del funcionamiento burocrático del gobierno e instituciones sociales, públicas y privadas.

Al mismo tiempo, el desfase entre una economía global altamente centralizada y un sistema de autoridad política basada en el Estado–Nación, genera fuertes enfrentamientos entre las élites de los países industrializados y los países periféricos dependientes, como es el caso de México, el cual es sujeto de presión para imponer medidas económicas que favorecen los intereses del capital financiero internacional; tal es el caso de las llamadas reformas estructurales (energética, educativa, laboral, entre otras).

La élite global exige y aplica cada vez más mecanismos trasnacionales de regulación que puedan frenar las fuertes contradicciones, pasando sobre la soberanía de los estados nacionales.

Las organizaciones sociales, los partidos políticos están obligados a debatir sobre las reformas necesarias para cambiar el rumbo económico-social del país y para preservar el desarrollo humano, para fomentar el mercado interno, para fortalecer la soberanía nacional y enfrentar el deterioro en la calidad de vida de la población, orientando la transformación social hacia un estado democrático, laico, multicultural, a partir del diseño de un gobierno comunitario, ética y socialmente responsable.

De ahí la necesidad de diseñar un proyecto de desarrollo estratégico nacional con el concurso de todas las fuerzas democráticas y progresistas, de promover la conformación de un Frente Nacional en defensa de la Soberanía y del bienestar social.

Puebla está hoy dirigida por un gobierno unipersonal absoluto, autoritario, empeñado en políticas de proyección de la imagen del gobernador en sus ansias por ocupar el ejecutivo nacional; políticas que dañan a la población y cuya expresión es, entre otras, la criminalización de la protesta social el incremento de la violencia contra las mujeres (feminicidios), la mayor presencia de la delincuencia organizada, el incremento del robo de combustible, el deterioro ambiental (visual, auditivo, contaminante) en la Ciudad de Puebla como resultado de obras innecesarias o superfluas (Museo Barroco, la Ciudad modelo Audi, una rueda de la fortuna, ciclopistas elevadas, teleférico), el dispendio de recursos, el derroche económico en acciones de escaso impacto social y que sólo son negocio para algunos empresarios y políticos incondicionales del ejecutivo estatal, y en programas asistenciales con evidentes intenciones electorales.

Puebla merece recuperar su grandeza pluriétnica, pluricultural y cosmopolita. Necesitamos rescatar el campo que se encuentra abandonado y que es –sin duda- una de las grandes riquezas con las que contamos históricamente. Se requiere un modelo económico enfocado en la generación de riqueza a través de las micro, pequeñas y medianas empresas.

Un gobierno que respete plenamente los derechos humanos y el medio ambiente; que entienda a los jóvenes y les brinde las oportunidades de desarrollar ciencia y tecnología para evitar que emigren a otros estados, incluso a otras naciones.

Nuestro estado merece un proyecto que trascienda las barreras partidistas para privilegiar el diálogo y los principios ideológicos. El despertar de la conciencia colectiva nos debe mover a la integración de un solo Frente que ponga en el centro de sus ideales uno sólo: Puebla.

Nuestra entidad merece superar la mezquindad, el dispendio de recursos, la opacidad, la opresión y la persecución que nos ha heredado este sexenio. Puebla es más que caprichos; Puebla es causa y fin.

Hoy todos estamos convocados a unirnos en un solo bloque que luche por las causas sociales y por reivindicar los derechos plasmados en nuestra Constitución hace 100 años.

Vayamos al Frente de Batalla, sin filias ni fobias; sin descanso; seamos más revolucionarios que institucionales: hoy Puebla y México nos necesitan y todos somos parte de esta lucha. 

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miércoles, 1 de febrero de 2017

Hacia Un Estado Socialmente Necesario por Alejandro Armenta Mier


Hacia Un Estado Socialmente Necesario 

por Alejandro Armenta Mier


“Estamos frente a un cambio de época: la opción de continuar con los mismos patrones ya no es viable, lo que hace necesario transformar el paradigma de desarrollo actual en uno que nos lleve por la vía de desarrollo sostenible, inclusivo y con visión de largo plazo” (ONU, agenda 2030 para el desarrollo sostenible).

El futuro se está abriendo paso entre las nuevas realidades del país. Problemas vinculados con salud, educación, cultura, seguridad pública, desempleo, deterioro ambiental, pobreza y marginación están generando un malestar creciente, a tal grado que la expresión de protestas, de inconformidad social, de desconfianza en los poderes establecidos y en los medios de comunicación, están ya presentes en la vida nacional.

La inseguridad y la violencia provocada por la delincuencia organizada permean todos los espacios sociales y geográficos en el país. La corrupción es parte integrante del funcionamiento burocrático del gobierno e instituciones sociales, públicas y privadas.

Al mismo tiempo, el desfase entre una economía global altamente centralizada y un sistema de autoridad política basada en el Estado–Nación, genera fuertes enfrentamientos entre las élites de los países industrializados y los países periféricos dependientes, como es el caso de México, el cual es sujeto de presión para imponer medidas económicas que favorecen los intereses del capital financiero internacional; tal es el caso de las llamadas reformas estructurales (energética, educativa, laboral, entre otras).

La élite global exige y aplica cada vez más mecanismos trasnacionales de regulación que puedan frenar las fuertes contradicciones, pasando sobre la soberanía de los estados nacionales.

Las organizaciones sociales, los partidos políticos están obligados a debatir sobre las reformas necesarias para cambiar el rumbo económico-social del país y para preservar el desarrollo humano, para fomentar el mercado interno, para fortalecer la soberanía nacional y enfrentar el deterioro en la calidad de vida de la población, orientando la transformación social hacia un estado democrático, laico, multicultural, a partir del diseño de un gobierno comunitario, ética y socialmente responsable.

De ahí la necesidad de diseñar un proyecto de desarrollo estratégico nacional con el concurso de todas las fuerzas democráticas y progresistas, de promover la conformación de un Frente Nacional en defensa de la Soberanía y del bienestar social.

Puebla está hoy dirigida por un gobierno unipersonal absoluto, autoritario, empeñado en políticas de proyección de la imagen del gobernador en sus ansias por ocupar el ejecutivo nacional; políticas que dañan a la población y cuya expresión es, entre otras, la criminalización de la protesta social el incremento de la violencia contra las mujeres (feminicidios), la mayor presencia de la delincuencia organizada, el incremento del robo de combustible, el deterioro ambiental (visual, auditivo, contaminante) en la Ciudad de Puebla como resultado de obras innecesarias o superfluas (Museo Barroco, la Ciudad modelo Audi, una rueda de la fortuna, ciclopistas elevadas, teleférico), el dispendio de recursos, el derroche económico en acciones de escaso impacto social y que sólo son negocio para algunos empresarios y políticos incondicionales del ejecutivo estatal, y en programas asistenciales con evidentes intenciones electorales.

Puebla merece recuperar su grandeza pluriétnica, pluricultural y cosmopolita. Necesitamos rescatar el campo que se encuentra abandonado y que es –sin duda- una de las grandes riquezas con las que contamos históricamente. Se requiere un modelo económico enfocado en la generación de riqueza a través de las micro, pequeñas y medianas empresas.

Un gobierno que respete plenamente los derechos humanos y el medio ambiente; que entienda a los jóvenes y les brinde las oportunidades de desarrollar ciencia y tecnología para evitar que emigren a otros estados, incluso a otras naciones.

Nuestro estado merece un proyecto que trascienda las barreras partidistas para privilegiar el diálogo y los principios ideológicos. El despertar de la conciencia colectiva nos debe mover a la integración de un solo Frente que ponga en el centro de sus ideales uno sólo: Puebla.

Nuestra entidad merece superar la mezquindad, el dispendio de recursos, la opacidad, la opresión y la persecución que nos ha heredado este sexenio. Puebla es más que caprichos; Puebla es causa y fin.

Hoy todos estamos convocados a unirnos en un solo bloque que luche por las causas sociales y por reivindicar los derechos plasmados en nuestra Constitución hace 100 años.

Vayamos al Frente de Batalla, sin filias ni fobias; sin descanso; seamos más revolucionarios que institucionales: hoy Puebla y México nos necesitan y todos somos parte de esta lucha. 

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