México y la CARICOM

Uno de los ejes de Gobierno de esta administración fue el posicionar a nuestro país nuevamente como un actor global y a pesar de los momentos que aún pasamos por los recientes eventos naturales que nos han afectado, seguimos en el camino para vincularnos con todos las economías externas. Muestra de ello es la participación de nuestro país en la IV Cumbre México-CARICOM. A través del Tratado de Chaguaramas, el 4 de julio de 1973 en Georgetown, Guyana, ciudad en donde actualmente el organismo tiene su sede, se creó la Comunidad del Caribe (CARICOM). Esta comunidad es un organismo subregional que tiene como objetivos favorecer la integración regional entre los países del Caribe, a través de la unión económica y comercial; la coordinación de la política exterior de los Estados miembros y; la cooperación en diversas áreas de interés, entre las que destacan salud, educación y cultura, comunicaciones y relaciones industriales. Como una muestra de la voluntad que tenemos en México de vincularnos con los países de nuestra región en 2010 se llevó a cabo la primera Cumbre México-CARICOM. Todos pensamos cuando observamos estas relaciones que los temas económicos y comerciales son el motivo para reunirse sin embargo, hoy nuestras regiones se unen con otros objetivos a la luz de lo que vivimos por los fenómenos naturales. Todos sabemos que nuestro país ha sido lastimado por terremotos que afectaron a la tercera parte de su territorio, provocando la muerte de 471 personas y daños a más de 180 mil viviendas, 16 mil escuelas y más de mil 821 espacios culturales; por su parte, las naciones de la CARICOM han sufrido, entre 1990 y 2017, los estragos de 208 desastres naturales, que provocaron la muerte de más de 230 mil personas y daños materiales por más de 19 mil millones de dólares. Tal parece que nuestras naciones se ubican en una de las regiones más vulnerables, frente a diferentes manifestaciones de fuerza de la naturaleza por lo que, siguiendo uno de los postulados de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que establece generar rutas para ampliar el diálogo y cooperación ante problemas comunes; México ha aprovechado esta Cumbre para proponer una agenda común con estos países para hacer frente a la vulnerabilidad por fenómenos naturales; esta se presenta en tres líneas de acción. La primera, nuestro país fortalecerá su apoyo al CARICOM, incluida la capacitación para recopilar información para conformar un atlas de riesgos y desarrollar mecanismos de prevención y respuesta ante desastres; se propone agilizar el Fondo Yucatán, para hacer más expedito el acceso a los recursos con las naciones en contingencia. En esta línea es necesario señalar que México ha cumplido con el compromiso de otorgar 14 millones de dólares a la facilidad de seguros contra riesgos catastróficos en el Caribe, mediante una reasignación de recursos existentes que estaban en el Fondo Especial de Desarrollo del Banco de Desarrollo del Caribe. La segunda, se basa en tratar de incrementar la colaboración de las dependencias mexicanas involucradas en la gestión de riesgo con lo que, pondremos a disposición de las naciones que lo requieran, capacitación en ámbitos como la protección civil, manejo de información estadística y geoespacial, trabajo con asociaciones público-privadas, rehabilitación de infraestructura estratégica y desarrollo de indicadores. Y tercera, fortaleceremos las acciones para posicionar en la agenda internacional los retos, necesidades y propuestas de solución del Caribe en materia de riesgos y desastres naturales; esto incluye el acompañamiento a las naciones de CARICOM para gestionar, ante organismos especializados e instituciones bancarias internacionales, recursos para atender emergencias. Tenemos compromiso y voluntad para realmente fortalecer y, sobre todo, trazarnos una ruta mucho más eficiente, más eficaz, que nos permita realmente tener no sólo una mayor coordinación, fortalecimiento a la relación entre los países miembros de CARICOM y México, sino, sobre todo, también poder fortalecer la resiliencia, la capacidad que deban tener los países de la región del Caribe y de la región en la que hoy nos encontramos, precisamente, para hacerle frente a los embates de la naturaleza.