Columna Nuevos Horizontes
PRI,
precisiones de un retiro anunciado
Alberto
Jiménez Merino
No tengo familiares ni he
metido a amigos al PRI como se ha afirmado. Y, a quien de mi familia se
refieren, milita en el PRI al menos desde el cambio de Movimiento Juvenil
Revolucionario a Red Jóvenes por México, su nombre está en la placa alusiva en
el edificio partidista, ha participado en varias campañas, conmigo realizó un
gran trabajo en la elección extraordinaria de gobernador 2019 y en 2021 fue
integrada en el lugar 15 de la planilla, no es plurinominal, ganó una elección
junto al equipo VaXPuebla que obtuvo la
presidencia municipal de la capital poblana.
Pero si lo afirmado al
inicio de estas líneas es parte de los estándares para medir militancias, puede
ser momento de revisar quien sí tiene los familiares y amigos dentro del PRI.
Lo anterior deriva como
respuesta a reacciones viscerales recibidas a mi anuncio de retirarme del Revolucionario
Institucional. No estoy peleando ni discutiendo con nadie, solo anuncié mi
retiro de un partido y sus organizaciones gremiales en donde ya no sentía
ningún orgullo, y del que estaba yo alejado al menos desde agosto del 2021.
Cuando tu poblanidad,
lealtad, aportaciones al desarrollo, trayectoria y servicios políticos, no son
suficientes para que te incluyan en las tareas partidistas, no puedes seguir
donde ya no te necesitan. El relevo generacional, mal entendido por los modernos
dirigentes actuales, no debe interpretarse como que solo sean jóvenes o “cuates”
los que participen en el tricolor. Se requiere de una integración gradual de
edades, formación y experiencia, que al sumarse derive en los mejores
resultados.
Producto de los resultados
del 2019, donde dimos al PRI 19 por ciento de los votos obtenidos contra dos
coaliciones de tres partidos cada una y en donde también fuimos el único
abanderado que creció 10 puntos porcentuales durante la campaña, hubo
ofrecimientos de oportunidades por parte del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), que
por cierto yo no pedí, y lo único que llegó fue que en el 2021 me pidieron ser
relevo en la candidatura a diputado federal por el distrito de Acatlán. En esa
encomienda, dimos a la alianza Va por México 75 mil votos en ese distrito
federal, y más del 11 por ciento de los 450 mil votos que el PRI obtuvo en todo
el estado.
Siempre he agradecido las
oportunidades recibidas. He tenido muchos cargos, pero ninguno me ha sido
regalado. El primero, como delegado de la Secretaría de la Reforma Agraria en
Puebla, lo obtuve después de 8 años de trabajo entre los ganaderos y campesinos
de la Mixteca Poblana que, con mis propios recursos apoyé para la siembra de
pastizales y mejorar así su ganadería.
Como poblano comprometido
con los poblanos, siempre busqué la oportunidad de volver a mi tierra a
trabajar con los campesinos, sector al que por origen pertenezco. En
Tehuitzingo, el 2 de julio de 1991,
iniciamos una historia de trabajo que aún no termina. Para 1994 el entonces gobernador
de Puebla, Manuel Bartlett Díaz, a propuesta nuestra, aprobó uno de los
proyectos más importantes de su gobierno, dicho por él, en la Mixteca Poblana: la
siembra de praderas, construcción de obras para captar agua y repoblación ganadera,
mismo que propuse sin cobrar un solo centavo.
Posteriormente, cuando
llevaba 9 años de trabajar en la mixteca poblana, el licenciado Melquiades
Morales Flores me nombró secretario de Desarrollo Rural y, en 2003, llegué por
primera vez como diputado federal por la región en la que ya había trabajado
desde 1991. Posiblemente por eso dicen que antes el PRI ganaba todo. Sí, con
años de trabajo previo. Luego vinieron muchos cargos, todos desempeñados con el
mayor honor y responsabilidad, como corresponde a todo poblano producto de la
cultura del esfuerzo.
Siempre hemos buscado lo
mejor para Puebla.
Por ejemplo, en materia de cooperación
técnica internacional, se impulsaron intercambios tecnológicos con la República
de Chile para mejorar la productividad del nogal de castilla en la Sierra
Nevada poblana; con Colombia y China, el apoyo al cultivo del bambú en las Sierra
Nororiente y Norte; con España, el desarrollo de invernaderos; con la India, el
manejo del agua, sequía, así como el manejo de cuencas; y con Cuba, la
productividad de la caña de azúcar, papaya
maradol, agricultura familiar y control biológico de plagas.
En mis responsabilidades
públicas empezando por la subdelegación de Desarrollo Rural del Departamento
del Distrito Federal (DDF) en Tláhuac, la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA),
la Secretaría de Desarrollo Rural (SDR), la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), y Comisión
Nacional del Agua (CONAGUA), he tenido el cuidado de dejar informes de cada
cargo. Qué se hizo, qué falló y qué faltó, es fundamental para que quien siga
tenga un punto de partida en las tareas del gobierno. Mucho de este actuar es
público y al alcance de todos en la página www.jimenezmerino.com.mx
Producto de este desempeño
han habido algunos reconocimientos como el de Doctor Honoris Causa Universidad
Mesoamericana, en 2015; la Medalla Melchor Ocampo, en 2015; Agrónomo
Distinguido, en 2021, por la Confederación Nacional Agronómica; y
recientemente, el pasado mes de julio, la Sociedad Mexicana de Ingenieros (SMI),
me distinguió con el Premio Nacional de
Ingeniería 2022 a la Trayectoria Profesional.
Asimismo, la Secretaría
Técnica de la Comisión de Agricultura, de la Cámara de Diputados, en la que ya
inicié el proceso de entrega, llegó por la invitación de mis amigos diputados, Ismael
Hernández Deras y María de Jesús Aguirre Maldonado, y fue aceptada por unanimidad
de todos los partidos. Por cierto, esta es la comisión que más reuniones ha
realizado y más dictámenes ha procesado en la LV Legislatura.
Finalmente, no quiero dejar
pasar la fecha sin felicitar y reconocer a todos los Agrónomos de México.
¡Enhorabuena!



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