Columna Nuevos Horizontes
Claudia Sheinbaum, Nueva Esperanza de México
Alberto Jiménez Merino
Al igual que los campesinos renuevan cada ciclo agrícola la esperanza de una
mejor cosecha, hoy los mexicanos, como cada seis años, renovamos el anhelo de
un mejor gobierno (2024-2030), que será por primera vez en nuestra historia,
encabezado por una mujer.
Todos los mexicanos deseamos un país en donde haya seguridad, justicia,
oportunidades de desarrollo local para no salir a buscarlas en otras partes,
sistemas de salud eficientes, seguridad y soberanía alimentaria, transporte,
movilidad e infraestructura básica, mejor educación para nuestros niños y jóvenes,
abasto y tratamiento de agua, un medio ambiente sano, ríos y mares limpios.
Para enfrentar estos grandes retos, como ciudadano comprometido con el
desarrollo y, como lo dije públicamente desde el 7 de mayo pasado, la persona
más indicada es la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, ex jefa de gobierno de la
Ciudad de México y actualmente, Coordinadora Nacional de la Defensa de la
Transformación.
La doctora Sheinbaum, es una activista, científica y académica, experta sobre
cambio climático y energías limpias, cuenta con dos libros publicados sobre medio
ambiente y más de 100 artículos especializados. Se ha desempeñado con
honestidad y cercanía al pueblo como secretaria del Medio Ambiente, jefa
delegacional en Tlalpan y es la primera mujer electa como jefa de gobierno de la
Ciudad de México.
Entre sus mayores logros, Sheinbaum Pardo devolvió la tranquilidad a la gente al
mejorar la seguridad pública en la capital de la república y ubicarla entre las dos
entidades más seguras del país. Defiende la seguridad de las mujeres y su
derecho a una vida libre de violencia, además de que garantizó el derecho a la
salud con mejores servicios e invirtió en la movilidad en una de las ciudades más
grandes del mundo.
Actualmente, es tiempo de las mujeres, quienes con su capacidad y mayor
sensibilidad pueden brindar una atención más efectiva a las principales
necesidades y problemas de los mexicanos tales como la seguridad pública, la
pobreza, la seguridad alimentaria, el deterioro ambiental, el empleo digno, la
salud, la educación, la atención al campo, la sequía, el cambio climático, y hacer
las transformaciones necesarias de la realidad actual para crear un mejor futuro
para los niños y jóvenes.
Es tiempo de recuperar y fortalecer la unidad entre los mexicanos mediante un
liderazgo promotor de la convivencia y la civilidad, que potencie la cooperación y
los esfuerzos que, en lo individual o en la confrontación, se han desaprovechado.
Los retos del desarrollo nacional son enormes. La pacificación y la recuperación
de la tranquilidad en amplios territorios para que las familias vivan seguras, es una
de las mayores prioridades nacionales.
Nuestro país cuenta con 199 mil centros de población, con más de 120 millones
de habitantes, 57 grupos étnicos y una gran dispersión poblacional que limita la
atención de los servicios públicos. En los centros urbanos hay grandes problemas
de movilidad y crecimiento desordenado o incontrolado.
Mejorar la productividad del campo mexicano, la seguridad alimentaria de las
familias más pobres, apoyo más efectivo a los pequeños productores, el
aprovechamiento productivo de más de 11 mil kilómetros de litorales, la adopción
de prácticas agroecológicas como la agricultura de conservación en zonas de
temporal, la agricultura protegida, la tecnificación del riego para producir mejor y
ahorrar agua para uso público, apoyar el desarrollo de las cadenas productivas
agroalimentarias; la tecnificación, sanidad e inocuidad, acopio, transformación,
financiamiento y comercialización, requieren hoy de mejores políticas y mayor
presupuesto.
Recuperar los recursos naturales suelo, agua, vegetación, fauna terrestre y pesca
ribereña de ríos y mares son necesidades que no pueden esperar. Como también
recuperar los bosques, la recarga artificial de acuíferos, el garantizar el abasto de
agua potable, el mejorar el bombeo con paneles solares, el tratamiento de las
aguas residuales, limpiar los ríos, así como planes para mitigar y revertir los
efectos de la sequía y el cambio climático.
Resolver el abasto de medicamentos para la población y los servicios hospitalarios
de calidad, son grandes retos de la actualidad conjuntamente con la atención a las
discapacidades y enfermedades crónicas.
La atención a la migración interna en la que más de 2.8 millones de jornaleros
agrícolas esperan políticas para mejorar sus condiciones de vida y la migración
hacia Estados Unidos, estimada en más de 900 mil mexicanos en el último año,
junto a un fenómeno creciente de ciudadanos provenientes de Centroamérica,
África y otros países que tienen su paso por nuestro país y demandan atención
solidaria.
Este México padece también, desde hace mucho el problema de la alta rotación
de funcionarios públicos, lo que complica el seguimiento y evaluación de las
políticas y programas, agravado por problemas de coordinación interinstitucional
que se acentúan por cuestiones ideológicas o competencia política.
Un perfil como el de la doctora Claudia Sheinbaum es el indicado para una tarea
tan enorme como la descrita, una lideresa que unifique e impulse el progreso de
México con las mejores estrategias.
Como poblano y como mexicano, mi apoyo es para Claudia Sheinbaum, una
Nueva Esperanza.
Es tiempo de recuperar y fortalecer la unidad entre los mexicanos mediante un
liderazgo promotor de la convivencia y la civilidad, que potencie la cooperación y
los esfuerzos que, en lo individual o en la confrontación, se han desaprovechado.
Los retos del desarrollo nacional son enormes. La pacificación y la recuperación
de la tranquilidad en amplios territorios para que las familias vivan seguras, es una
de las mayores prioridades nacionales.
Nuestro país cuenta con 199 mil centros de población, con más de 120 millones
de habitantes, 57 grupos étnicos y una gran dispersión poblacional que limita la
atención de los servicios públicos. En los centros urbanos hay grandes problemas
de movilidad y crecimiento desordenado o incontrolado.
Mejorar la productividad del campo mexicano, la seguridad alimentaria de las
familias más pobres, apoyo más efectivo a los pequeños productores, el
aprovechamiento productivo de más de 11 mil kilómetros de litorales, la adopción
de prácticas agroecológicas como la agricultura de conservación en zonas de
temporal, la agricultura protegida, la tecnificación del riego para producir mejor y
ahorrar agua para uso público, apoyar el desarrollo de las cadenas productivas
agroalimentarias; la tecnificación, sanidad e inocuidad, acopio, transformación,
financiamiento y comercialización, requieren hoy de mejores políticas y mayor
presupuesto.
Recuperar los recursos naturales suelo, agua, vegetación, fauna terrestre y pesca
ribereña de ríos y mares son necesidades que no pueden esperar. Como también
recuperar los bosques, la recarga artificial de acuíferos, el garantizar el abasto de
agua potable, el mejorar el bombeo con paneles solares, el tratamiento de las
aguas residuales, limpiar los ríos, así como planes para mitigar y revertir los
efectos de la sequía y el cambio climático.
Resolver el abasto de medicamentos para la población y los servicios hospitalarios
de calidad, son grandes retos de la actualidad conjuntamente con la atención a las
discapacidades y enfermedades crónicas.
La atención a la migración interna en la que más de 2.8 millones de jornaleros
agrícolas esperan políticas para mejorar sus condiciones de vida y la migración
hacia Estados Unidos, estimada en más de 900 mil mexicanos en el último año,
junto a un fenómeno creciente de ciudadanos provenientes de Centroamérica,
África y otros países que tienen su paso por nuestro país y demandan atención
solidaria.
Este México padece también, desde hace mucho el problema de la alta rotación
de funcionarios públicos, lo que complica el seguimiento y evaluación de las
políticas y programas, agravado por problemas de coordinación interinstitucional
que se acentúan por cuestiones ideológicas o competencia política.
Un perfil como el de la doctora Claudia Sheinbaum es el indicado para una tarea
tan enorme como la descrita, una lideresa que unifique e impulse el progreso de
México con las mejores estrategias.
Como poblano y como mexicano, mi apoyo es para Claudia Sheinbaum, una
Nueva Esperanza.
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