Pérdidas
económicas por fenómenos climáticos
Alberto
Jiménez Merino
La sequía provocó pérdidas
económicas en la producción agrícola y ganadera mundial, por 37 mil millones de
dólares (MMDD) entre 2008 y 2018. Se estima que el 82 por ciento de los efectos
de las sequías afectan al sector agrícola, de acuerdo con estimaciones de la
Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO),
2024.
La FAO también señala que la
sequía se ha incrementado un 29 por ciento en los últimos 23 años y es la mayor
amenaza para el desarrollo sostenible, cuando existe un 34 por ciento de
tierras agrícolas degradadas. Este fenómeno es, por mucho, uno de los que más
afecta a la producción, el abastecimiento de agua, la navegación, la migración,
el agotamiento de los pastizales y la alteración de precios de los mercados.
La disminución de la
producción va acompañada de la pérdida de semillas o especies que, en muchos
casos, es muy difícil recuperar sin la aplicación de prácticas sustentables. La
recuperación de poblaciones de especies acuícolas en ríos, esteros o lagunas, y
la repoblación ganadera después del impacto de fenómenos naturales, es muy
lento y costoso. Más difícil es cuando no hay remediación como ocurre con las
áreas afectadas por incendios forestales para las que no hay una política.
Otros fenómenos que impactan a
la sociedad, la economía y el medio ambiente son las heladas, nevadas, ondas de
calor, granizadas, huracanes, tormentas eléctricas, tornados, incendios
forestales, inundaciones, terremotos y, en México, los vientos del norte y la
canícula. Esta última, es una extraña disminución de la precipitación pluvial
entre julio y agosto, dentro del periodo normal de lluvia.
En 2006 una granizada en San
Pedro Yeloixtlahuaca, en el estado de Puebla, provocó la muerte instantánea de
130 cabras al ser golpeadas por granizos del tamaño de una naranja. Este tipo
de fenómeno ha sido reportado también en España, Uruguay, India y algunas otras
partes del mundo.
Asimismo, en 2007, el paso del
huracán Stam por la Sierra Nororiente de Puebla, en donde se ubican
Hueytamalco, Acateno, Ayotoxco y Tenampulco, afectó la totalidad de la superficie
de sembradíos de plátano, estimada en mil 200 hectáreas en las que las plantas
quedaron completamente acostadas y sin producción en los siguiente siete meses,
tiempo en que se desarrollaron los hijuelos de 20 a 30 centímetros que no
sufrieron daño. En Cuetzalan, el mismo huracán arrancó arboles de pimienta
desde la raíz.
La presencia de nevadas
tempranas en la región de Toronto, en Canadá, a partir del 2 de noviembre de
2020, significó dejar de cosechar el 20 por ciento de la zanahoria, por
imposibilidad para el acceso de la maquinaria.
En tanto, en Jamaica, una
investigación sobre el efecto de la sombra en la producción lechera, demostró
que las vacas con sombra disponible durante la preñez dieron becerros de 39 kilos
al nacer contra 34 de las que estuvieron siempre expuestas al sol. La
producción de leche al año fue de 500 litros más en las vacas que tuvieron
sombra. La sombra más accesible en el mundo, es la de los árboles.
Actualmente hay grandes
avances en la predicción oportuna de los fenómenos meteorológicos que
caracterizan el clima de las distintas partes del mundo. El Sistema
Meteorológico Nacional (SMN), dependiente de la Comisión Nacional del Agua
(CONAGUA), cuenta con las mejores herramientas y mantiene una estrecha comunicación
con el Sistema Meteorológico de los Estados Unidos, lo que aumenta el grado de
precisión.
Lo que falta es fortalecer la
red nacional de observatorios o estaciones meteorológicas, desarrollar
tecnologías y aplicar políticas para aminorar o controlar, de ser posible, los
fenómenos meteorológicos.
Acciones como los seguros
agrícolas han sido un instrumento muy útil para resarcir parte de las pérdidas,
y, la agricultura protegida es actualmente un conjunto de prácticas productivas
que ha representado grandes avances en el rendimiento, calidad, sanidad e
inocuidad de los productos agroalimentarios.
Controlar el riego, temperatura,
humedad, reducir evaporación, plagas, enfermedades y malas hierbas con
acolchados, invernaderos y mallas sombra, impactan hoy significativamente en
ahorros de agua, costos de producción y más rendimiento con mayor calidad en
cultivos, peces, y ganado. La malla en frutales o instalaciones, es hoy lo más
efectivo contra el granizo. El uso de variedades de porte bajo, la poda de árboles,
asegurar un buen desarrollo del sistema radicular y establecer cortinas
protectoras, es lo más recomendable contra los efectos del viento.
Captar, retener y aprovechar
mejor la lluvia en las zonas agrícolas dependientes del temporal, que superan
los 18 millones de hectáreas en México, debe ser hoy parte de una política educativa y de investigación,
validación y transferencia tecnológica.
Debe ser también parte
importante de una política de fomento
productivo que se regeneren los suelos, se detenga la erosión, se evite la
remoción de la tierra, se promueva la roturación para mejorar desarrollo
radicular, y que se recupere la microbiología y la materia orgánica a través de
adiciones directas o dejando los residuos de cada cosecha y aplicando biofertilizantes.
También se debe utilizar
semilla mejorada, nativa o hibrida; mejoradores de suelo; fertilización con
base en análisis físico-químicos; sembradoras de precisión; herbicidas
amigables; control biológico de plagas y enfermedades; polímeros retenedores de
lluvia; asociatividad espacial y temporal de cultivos; y, cosecha mecanizada.
Todo esto es la Agricultura de Conservación., y es el
camino para la seguridad y la soberanía alimentaria de México ante las graves
sequías predominantes.
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