MANZANILLA EL TENEBROSO; MARCELO EL COQUETO
Fernando Manzanilla Prieto trabaja desde un refugio de su
propiedad, crea estrategias y opera para colocar a su gente en posiciones
administrativas que le servirán en momentos clave de la política.
Su mirada está en 2027, pero su ambición mayúscula en 2030.
Su gallos son tres bien conocidos.
El financiamiento que le llega pasa por las manos de Jorge
Estefan Chidiac.
Tres de sus alfiles hacen su labor negra: Patricia Leal
Islas y Eukid Castañón son ejemplo vivo, sin faltar Marcelo García Almaguer,
quien fue una de las piezas fundamentales en el manejo de la comunicación y la
guerra cibernética a favor de Rafael Moreno Valle Rosas, con el que
retroalimentó una amistad extremadamente cercana a su paso por la secretaría de
finanzas durante el melquiadismo, para luego ganar la gubernatura de Puebla en
2010, que creyeron suya hasta el final de los tiempos.
Manzanilla era el cerebro en finanzas donde se operó el
“hoyo financiero” en 2002 que fue real, no fantasía; las pruebas existen.
La tragedia del 24 de diciembre de 2018, que terminó con la
vida de Rafael Moreno Valle Rosas y Martha Erika Alonso, dejó en la orfandad
política a muchos. Algunos se recuperaron y se ausentaron del escenario
añorando la oportunidad de reaparecer y, otros tantos, están incrustados en
diferentes puntos del gobierno de la 4T tratando de pasar desapercibidos,
intrigando al mismo tiempo y esperando asestar la puñalada de la traición para
recuperar el poder político.
En 2024, las miradas que abundan no tardaron en ubicar a
Marcelo y reportar que empezó a coquetear por aquí y por allá, prometiendo que
el milagro de la redención había tocado su corazón.
Juró que se había olvidado del PRI y del PAN morenovallista,
permitiéndose, después de acordar con Fernando Manzanilla Prieto, coquetearle a
Morena cuando se jugaba la candidatura por la gubernatura en 2024. Le cerró el
ojo derecho a Eduardo Rivera Pérez; le guiñó el izquierdo a Julio Huerta;
eligiendo a un tercero en la figura de Ignacio Mier Velazco. Aunque los tres
tenían posibilidades de ganar la coordinación estatal de Puebla para la defensa
de la cuarta transformación, el Chelo se entregó a Nacho igual que otros.
Manzanilla era el orquestador visible que no solo invirtió
dinero, sino que armó el ejército que gobernaría junto con el de Tecamachalco.
Fue extraña la metamorfosis de Marcelo porque fue priista,
panista y morenovallista a morir.
Cuando le apuestas a tres cartas te crees infalible; el
problema se agudiza cuando te sorprenden y te mandan al carajo cargando la
maleta de la ignominia con tres cartas fracasadas como parte del equipaje.
Marcelo pactó con Rivera y Huerta, pero no tardó en saberse
que una llamada de Fernando Manzanilla Prieto le hizo cambiar de opinión,
aceptando reunirse con Ignacio Mier Velasco, fichar con él y empezar la guerra
con sus granjas de bots (plataformas en redes sociales) en contra de Alejandro
Armenta y Julio Huerta, haciendo a un lado al corrupto Lalo Rivera a quien
veían como segunda opción.
El tenebroso Manzanilla, cuñado de Rafael Moreno Valle
Rosas; cavador de hoyos financieros siendo subsecretario de finanzas; compañero
y amigo entrañable de García Almaguer y del defraudador Eduardo Tovilla Lara,
no batalló mucho para incrustar a Marcelo con Nacho Mier, con la promesa falsa
de que volvería al poder agarrado de su mano.
El morenovallismo repudiado por los poblanos que combatió a
Morena, a Andrés Manuel López Obrador, a Alejandro Armenta y a la cuarta
transformación, es el pilar que sostuvo y sostiene a Ignacio Mier Velasco,
conocido como el protector de delincuentes, quien con otros dos compone la
triada que sueña en habitar Casa Aguayo.
POSDATA: Cuando hablo del coqueto Marcelo, me refiero al
escenario político, nada que ver con los tropiezos en su vida personal, asunto
suyo que se debe respetar.
POSDATA 2: ¿Dónde localizar al Chelo García Almaguer y
cuáles son sus funciones?
Yo lo ignoro. Hay interferencia en mis antenitas de vinil.
La respuesta la tienen sus protectores.
POSDATA 3: Las puertas se abrieron en las diferentes
administraciones de la 4T para aquellos que entregaron su palabra a cambio de
trabajar con honestidad, lealtad institucional y combatir la corrupción.
No todos han cumplido.
Hay miles de ojos que todo lo ven.
El engaño, la mentira, la traición, la inmoralidad, no
concuerdan con los preceptos de la 4T.
Siempre hay tiempo de limpiar, barrer y fumigar la casa de
alimañas; mientras más rápido, mejor.



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