lunes, 24 de noviembre de 2025

Nuevos Horizontes


 

Brasil COP30, desacuerdo climático y acciones locales

                                                                                             Alberto Jiménez Merino

Según las agencias informativas AFP, EFE y Reuters, citadas por El Sol de Puebla el 22 noviembre de 2025, los 200 países miembros de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, también llamada Conferencia de las Partes (COP), aprobaron hace dos años en Dubái, un llamado histórico a abandonar progresivamente los combustibles fósiles: gas, petróleo y carbón.

Sin embargo, las negociaciones climáticas en la COP30 de Belém, Brasil 2025, se estancaron ante la falta de un acuerdo sobre la declaración final, porque no contiene ninguna mención a la eliminación gradual de los combustibles fósiles. Al término de la conferencia, las delegaciones seguían reunidas previendo no lograr un acuerdo para reafirmar el multilateralismo ante la emergencia climática.

La fuerte oposición de países como Arabia Saudita, Omán y Egipto, contra la mención de combustibles fósiles; el rechazo de India a condicionar la discusión al aumento de financiamiento para acción climática por parte de países desarrollados; y, la ausencia de Estados Unidos, principal productor de petróleo en el mundo; han dificultado llegar a un acuerdo. México, España, Francia, Alemania y 33 países rechazaron el borrador presentado.

La COP30, con el tema La acción climática urgente y la necesidad de acelerar la implementación del Acuerdo de París, proponía fortalecer el multilateralismo y alinear la Agenda del Clima con la vida de las personas, las crisis globales y la pérdida de biodiversidad.

México reafirmó en la COP30, su compromiso de acción climática con un sello humanista, delineada por la presidenta, Claudia Sheinbaum, de acuerdo con lo publicado por Alicia Bárcena Ibarra, secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).

Un total de 18 dependencias del gobierno de México integran la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático (CICC) y han actualizado la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC), un instrumento clave que guía la visión climática del estado mexicano para los próximos 40 años.

La estrategia contiene la Contribución determinada a nivel nacional, definiendo las metas que permitan cumplir el Acuerdo de París. El diseño participativo presentado en la COP30 es una oportunidad para impulsar la transición hacia la sostenibilidad en sus tres dimensiones: social, ambiental y económica.

Este documento que México presentó a la COP30, a través de SEMARNAT, refuerza las medidas sectoriales para cumplir con la meta de reducir 35% las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) al 2030, equivalentes a 140 millones de toneladas de dióxido de carbono, con lo que se establece una nueva meta para 2035 a fin de llegar a cero emisiones en el 2050.

La transición hacia la sostenibilidad en nuestro país se ha enfrentado desde hace décadas con la pobreza en la que viven millones de mexicanos que, para resolver sus necesidades básicas han ejercido una fuerte presión de aprovechamiento, altamente extractiva, de los recursos naturales, derivando en la pérdida excesiva de vegetación, fauna, suelo, agua, pesca y afectando la calidad del aire.

La deforestación, la erosión del suelo por prácticas agrícolas inadecuadas, la sobreexplotación de las áreas naturales de pastoreo, la quema de cañaverales para su cosecha, el agotamiento de pozos y manantiales, la baja captación de las presas, las dificultades para atender a la población, a las escuelas y el abasto a sectores productivos, sequías recurrentes, desastres naturales ligados al agua, reducido tratamiento de aguas residuales, contaminación de ríos con aguas negras y residuos sólidos, la reducción de la pesca ribereña junto a la ausencia de una cultura de manejo y aprovechamiento racional del agua, son parte importante de una problemática ambiental añeja, poco atendida por los gobiernos y la sociedad.

De acuerdo con el Monitor de sequía de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), al 15 de marzo 2025, se reportaron 600 municipios de México, en 13 estados, con algún grado de falta de agua, principalmente en el noroeste, norte y centro del país (Mario Alberto Ostos Chávez, Uno TV, 22 marzo 2025)

Hace apenas unas semanas, del 9 al 16 de octubre, vivimos los efectos del huracán Jerry, con lluvias torrenciales en los estados de Veracruz, Puebla e Hidalgo, con 280 mm de lluvia, en 50 horas continuas, que provocaron la elevación de los niveles de los ríos hasta 5 metros, la afectación de carreteras, puentes, líneas de agua potable, viviendas, escuelas y varias pérdidas humanas.

Lo anterior describe un panorama ambiental y social preocupantes, con tendencia creciente, derivado del cambio climático que se combina con prácticas inadecuadas en el manejo de las cuencas, predominando prácticas productivas extractivas de los recursos naturales y a la ausencia crónica de políticas públicas para el sector hídrico y la acción climática.

Pero mientras se logra un acuerdo mundial sobre acción climática, es preciso impulsar acciones locales tales como políticas educativas y públicas para movilidad y transporte; adopción de energías limpias; manejo, ordenamiento y saneamiento de cuencas; cultura del agua; manejo de residuos sólidos; impulso a la economía circular; reforestación, rehabilitación de pastizales, agricultura de conservación, así como la eliminación de quema en cañaverales para su cosecha mecanizada.  


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Brasil COP30, desacuerdo climático y acciones locales

                                                                                             Alberto Jiménez Merino

Según las agencias informativas AFP, EFE y Reuters, citadas por El Sol de Puebla el 22 noviembre de 2025, los 200 países miembros de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, también llamada Conferencia de las Partes (COP), aprobaron hace dos años en Dubái, un llamado histórico a abandonar progresivamente los combustibles fósiles: gas, petróleo y carbón.

Sin embargo, las negociaciones climáticas en la COP30 de Belém, Brasil 2025, se estancaron ante la falta de un acuerdo sobre la declaración final, porque no contiene ninguna mención a la eliminación gradual de los combustibles fósiles. Al término de la conferencia, las delegaciones seguían reunidas previendo no lograr un acuerdo para reafirmar el multilateralismo ante la emergencia climática.

La fuerte oposición de países como Arabia Saudita, Omán y Egipto, contra la mención de combustibles fósiles; el rechazo de India a condicionar la discusión al aumento de financiamiento para acción climática por parte de países desarrollados; y, la ausencia de Estados Unidos, principal productor de petróleo en el mundo; han dificultado llegar a un acuerdo. México, España, Francia, Alemania y 33 países rechazaron el borrador presentado.

La COP30, con el tema La acción climática urgente y la necesidad de acelerar la implementación del Acuerdo de París, proponía fortalecer el multilateralismo y alinear la Agenda del Clima con la vida de las personas, las crisis globales y la pérdida de biodiversidad.

México reafirmó en la COP30, su compromiso de acción climática con un sello humanista, delineada por la presidenta, Claudia Sheinbaum, de acuerdo con lo publicado por Alicia Bárcena Ibarra, secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).

Un total de 18 dependencias del gobierno de México integran la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático (CICC) y han actualizado la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC), un instrumento clave que guía la visión climática del estado mexicano para los próximos 40 años.

La estrategia contiene la Contribución determinada a nivel nacional, definiendo las metas que permitan cumplir el Acuerdo de París. El diseño participativo presentado en la COP30 es una oportunidad para impulsar la transición hacia la sostenibilidad en sus tres dimensiones: social, ambiental y económica.

Este documento que México presentó a la COP30, a través de SEMARNAT, refuerza las medidas sectoriales para cumplir con la meta de reducir 35% las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) al 2030, equivalentes a 140 millones de toneladas de dióxido de carbono, con lo que se establece una nueva meta para 2035 a fin de llegar a cero emisiones en el 2050.

La transición hacia la sostenibilidad en nuestro país se ha enfrentado desde hace décadas con la pobreza en la que viven millones de mexicanos que, para resolver sus necesidades básicas han ejercido una fuerte presión de aprovechamiento, altamente extractiva, de los recursos naturales, derivando en la pérdida excesiva de vegetación, fauna, suelo, agua, pesca y afectando la calidad del aire.

La deforestación, la erosión del suelo por prácticas agrícolas inadecuadas, la sobreexplotación de las áreas naturales de pastoreo, la quema de cañaverales para su cosecha, el agotamiento de pozos y manantiales, la baja captación de las presas, las dificultades para atender a la población, a las escuelas y el abasto a sectores productivos, sequías recurrentes, desastres naturales ligados al agua, reducido tratamiento de aguas residuales, contaminación de ríos con aguas negras y residuos sólidos, la reducción de la pesca ribereña junto a la ausencia de una cultura de manejo y aprovechamiento racional del agua, son parte importante de una problemática ambiental añeja, poco atendida por los gobiernos y la sociedad.

De acuerdo con el Monitor de sequía de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), al 15 de marzo 2025, se reportaron 600 municipios de México, en 13 estados, con algún grado de falta de agua, principalmente en el noroeste, norte y centro del país (Mario Alberto Ostos Chávez, Uno TV, 22 marzo 2025)

Hace apenas unas semanas, del 9 al 16 de octubre, vivimos los efectos del huracán Jerry, con lluvias torrenciales en los estados de Veracruz, Puebla e Hidalgo, con 280 mm de lluvia, en 50 horas continuas, que provocaron la elevación de los niveles de los ríos hasta 5 metros, la afectación de carreteras, puentes, líneas de agua potable, viviendas, escuelas y varias pérdidas humanas.

Lo anterior describe un panorama ambiental y social preocupantes, con tendencia creciente, derivado del cambio climático que se combina con prácticas inadecuadas en el manejo de las cuencas, predominando prácticas productivas extractivas de los recursos naturales y a la ausencia crónica de políticas públicas para el sector hídrico y la acción climática.

Pero mientras se logra un acuerdo mundial sobre acción climática, es preciso impulsar acciones locales tales como políticas educativas y públicas para movilidad y transporte; adopción de energías limpias; manejo, ordenamiento y saneamiento de cuencas; cultura del agua; manejo de residuos sólidos; impulso a la economía circular; reforestación, rehabilitación de pastizales, agricultura de conservación, así como la eliminación de quema en cañaverales para su cosecha mecanizada.  


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