Brasil COP30, desacuerdo climático y acciones locales
Alberto
Jiménez Merino
Según
las agencias informativas AFP, EFE y Reuters, citadas por El Sol de Puebla el
22 noviembre de 2025, los 200 países miembros de la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático, también llamada Conferencia de las Partes (COP),
aprobaron hace dos años en Dubái, un llamado histórico a abandonar
progresivamente los combustibles fósiles: gas, petróleo y carbón.
Sin
embargo, las negociaciones climáticas en la COP30 de Belém, Brasil 2025, se
estancaron ante la falta de un acuerdo sobre la declaración final, porque no
contiene ninguna mención a la eliminación gradual de los combustibles fósiles.
Al término de la conferencia, las delegaciones seguían reunidas previendo no
lograr un acuerdo para reafirmar el multilateralismo ante la emergencia
climática.
La
fuerte oposición de países como Arabia Saudita, Omán y Egipto, contra la
mención de combustibles fósiles; el rechazo de India a condicionar la discusión
al aumento de financiamiento para acción climática por parte de países
desarrollados; y, la ausencia de Estados Unidos, principal productor de
petróleo en el mundo; han dificultado llegar a un acuerdo. México, España,
Francia, Alemania y 33 países rechazaron el borrador presentado.
La
COP30, con el tema La acción climática urgente y la necesidad de
acelerar la implementación del Acuerdo de París, proponía
fortalecer el multilateralismo y alinear la Agenda del Clima con la vida de las
personas, las crisis globales y la pérdida de biodiversidad.
México
reafirmó en la COP30, su compromiso de acción climática con un sello humanista,
delineada por la presidenta, Claudia Sheinbaum, de acuerdo con lo publicado por
Alicia Bárcena Ibarra, secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
Un
total de 18 dependencias del gobierno de México integran la Comisión
Intersecretarial de Cambio Climático (CICC) y han actualizado la Estrategia
Nacional de Cambio Climático (ENCC), un instrumento clave que guía la visión
climática del estado mexicano para los próximos 40 años.
La
estrategia contiene la Contribución determinada a nivel nacional, definiendo
las metas que permitan cumplir el Acuerdo de París. El diseño participativo
presentado en la COP30 es una oportunidad para impulsar la transición hacia la
sostenibilidad en sus tres dimensiones: social, ambiental y económica.
Este
documento que México presentó a la COP30, a través de SEMARNAT, refuerza las
medidas sectoriales para cumplir con la meta de reducir 35% las emisiones de
gases efecto invernadero (GEI) al 2030, equivalentes a 140 millones de
toneladas de dióxido de carbono, con lo que se establece una nueva meta para
2035 a fin de llegar a cero emisiones en el 2050.
La
transición hacia la sostenibilidad en nuestro país se ha enfrentado desde hace
décadas con la pobreza en la que viven millones de mexicanos que, para resolver
sus necesidades básicas han ejercido una fuerte presión de aprovechamiento,
altamente extractiva, de los recursos naturales, derivando en la pérdida
excesiva de vegetación, fauna, suelo, agua, pesca y afectando la calidad del
aire.
La
deforestación, la erosión del suelo por prácticas agrícolas inadecuadas, la
sobreexplotación de las áreas naturales de pastoreo, la quema de cañaverales
para su cosecha, el agotamiento de pozos y manantiales, la baja captación de
las presas, las dificultades para atender a la población, a las escuelas y el
abasto a sectores productivos, sequías recurrentes, desastres naturales ligados
al agua, reducido tratamiento de aguas residuales, contaminación de ríos con
aguas negras y residuos sólidos, la reducción de la pesca ribereña junto a la
ausencia de una cultura de manejo y aprovechamiento racional del agua,
son parte importante de una problemática ambiental añeja, poco atendida por los
gobiernos y la sociedad.
De
acuerdo con el Monitor de sequía de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), al
15 de marzo 2025, se reportaron 600 municipios de México, en 13 estados, con
algún grado de falta de agua, principalmente en el noroeste, norte y centro del
país (Mario Alberto Ostos Chávez, Uno TV, 22 marzo 2025)
Hace
apenas unas semanas, del 9 al 16 de octubre, vivimos los efectos del huracán
Jerry, con lluvias torrenciales en los estados de Veracruz, Puebla e Hidalgo,
con 280 mm de lluvia, en 50 horas continuas, que provocaron la elevación de los
niveles de los ríos hasta 5 metros, la afectación de carreteras, puentes,
líneas de agua potable, viviendas, escuelas y varias pérdidas humanas.
Lo
anterior describe un panorama ambiental y social preocupantes, con tendencia
creciente, derivado del cambio climático que se combina con prácticas
inadecuadas en el manejo de las cuencas, predominando prácticas productivas extractivas
de los recursos naturales y a la ausencia crónica de políticas públicas para el
sector hídrico y la acción climática.
Pero
mientras se logra un acuerdo mundial sobre acción climática, es preciso
impulsar acciones locales tales como políticas educativas y públicas
para movilidad y transporte; adopción de energías limpias; manejo, ordenamiento
y saneamiento de cuencas; cultura del agua; manejo de residuos sólidos; impulso
a la economía circular; reforestación, rehabilitación de pastizales, agricultura
de conservación, así como la eliminación de quema en cañaverales para su
cosecha mecanizada.



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